Proverbio aleman ( 4 )
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El que te enseña por un día es tu padre por toda la vida.

Un arma es un enemigo para su dueño.

Cuando se trabaja no se tiene tiempo de ganar dinero.

El día nunca retrocede de nuevo.

Toda desgracia es una lección.

El avaro desollaría a un piojo para obtener su piel.

En la paz se cuelga a los ladrones; en la guerra se les honra.

Despues de toda oscuridad hay luz.

El río se llena con arroyos pequeños.

La boca de un hombre mayor está sin dientes, pero nunca sin palabras de sabiduría.

Si no puede edificar una casa, construye un corazón.

Un hombre no vaga lejos de donde se está asando su maíz.

Creer que un enemigo débil no puede dañarnos es creer que una chispa no puede causar un incendio.

El cazador no se frota con grasa y se pone a dormir junto al fuego.

Hay que saber sacrificar la barba para salvar la cabeza.

Poca hiel corrompe mucha miel.

No hay gato que no tenga uñas.

Al comprar una casa piensa en el vecino que adquirirás con ella.

Para el pobre, hasta su noche de bodas es corta.

Si mi barba se quema, los otros vienen a encender su pipa en ella.
Un camino, si no lo andas, nunca llegas; un terreno, si nunca lo cultivs, nunca da frutos; un negocio. Si no lo atiendes, nunca prospera. Un hombre, si nunca se educa, nunca prospera. Un trabajo, si n...

Cualquier cosa que se planta, se cosecha.

No se muere dos veces si no se escapa de la muerte una vez.

¡Qué bella flor el laurel rosa! y ¡qué amargo es el laurel rosa!.

Piensa mucho, habla poco, escribe menos.

Mi alma a dios, mi vida al rey, mi corazón a la dama.

Donde hay voluntad, hay camino.

Un corazón tranquilo es mejor que una bolsa llena de oro.

Quien vive sin disciplina, muere sin honor.

Hasta la raíz más pequeña encuentra su leñador.

Lo que se hace un día, es semilla de felicidad para el día siguiente.

Si un árbol cae, plantas otro.

El que usó mal incienso debe atenerse a quemarse las mangas.

La ignorancia envejece como el búfalo, su grasa crece, más no su sabiduría.

Usted no puede enseñar el camino al gorila viejo.

Valor y querer, facilitan el vencer.

Repara tu trineo en el verano, y tu carreta en el invierno.

Todos los hombres se entenderían bien sin las palabras mio y tuyo.

El mismo martillo que rompe el cristal forja el acero.

Un hombre demasiado ocupado para cuidar de su salud es como un mecánico demasiado ocupado como para cuidar sus herramientas.