Tagore leemos mal el mundo. Encuentra docenas de tagore leemos mal el mundo con fotos para copiar y compartir.
Leemos mal el mundo y decimos luego que nos engaña.
Leemos el mundo al revés y nos lamentamos de no comprender nada
Vivimos en el mundo, cuando lo amamos.
Cuando sonrió el hombre, el mundo lo amó. Cuando rió, le tuvo miedo.
Llevo en mi mundo que florece todos los mundos que han fracasado.
Hemos sido llamados al concierto de este mundo para tocar de la mejor manera posible nuestro instrumento.
Cada niño que viene al mundo nos dice: "Dios aún espera del hombre".
El mundo es un telón de teatro tras el cual se esconden los secretos más profundos.
Buscas la alegría en torno a ti y en el mundo. ¿No sabes que solo nace en el fondo del corazón?
Si el cielo con todas sus estrellas y el mundo con todas sus riquezas fueran míos, algo más pediría. Pero si ella fuera mía, me contentaría con un rincón, el más pequeño de la tierra.
Ciertas personas, en el afán de querer construir un mundo donde ninguna amenaza externa pueda penetrar, aumentan exageradamente sus defensas contra el exterior y dejan su interior desguarnecido.
El hombre que ha de mendigar amor es el más miserable de todos los mendigos.
El futuro del mundo pende del aliento de los niños que van a la escuela.
Debemos arrojar a los oceanos del tiempo una botella de náufragos siderales, para que el universo sepa de nosotros lo que no han de contar las cucarachas que nos sobrevivirán: que aquí existió un ...
Cuando rezamos hablamos con Dios, pero cuando leemos es Dios quien habla con nosotros.
Dios ha hecho el mundo redondo para que nunca podamos ver demasiado lejos el camino.
Hay que tener fe en uno mismo. Ahí reside el secreto. Aun cuando estaba en el orfanato y recorría las calles buscando qué comer para vivir, incluso entonces, me consideraba el actor más grande del...
¿Cuál es la tarea más difícil del mundo? Pensar.
Si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti mismo.
Dios no ha creado fronteras. Mi objetivo es la amistad con el mundo entero.
Dios susurra y habla a la conciencia a través del placer pero le grita mediante el dolor: el dolor es su megáfono para despertar a un mundo adormecido.
Me considero un rojo sin diminutivos. No soy un rojillo, soy un rojo, un rojazo. Y eso no quiere decir comunista, ni socialista, ni anarquista, quiere representar esa hermosísima ideología de hace u...
La verdadera amistad es como la fosforescencia, resplandece mejor cuando todo se ha oscurecido.
Tengo mi propia versión del optimismo. Si no puedo cruzar una puerta, cruzaré otra o haré otra puerta. Algo maravilloso vendrá, no importa lo oscuro que esté el presente.
La vida es la constante sorpresa de saber que existo.
Los vencedores no son aquéllos que están siempre aferrados a sus bienes; ni los que se pasan la vida rezando con las cuentas secas del deber; son aquéllos que aman porque viven, y vencen de veras p...
Dormía..., dormía y soñaba que la vida no era más que alegría. Me desperté y vi que la vida no era más que servir... y el servir era alegría.
Cuando somos grandes en humildad, estamos más cerca de lo grande.
¡he perdido mi gotita de rocío!, dijo la flor al cielo del amanecer, que había perdido todas sus estrellas.
Ambiciona honor, no honores.
Cada criatura, al nacer, nos trae el mensaje de que dios todavía no ha perdido la esperanza en los hombres.
Evitemos suplantar con nuestro mundo el de los demás.
Todo el mundo cuenta como ganó sus primeras cien pesetas; nadie cuenta como ganó su último millón.
Se requiere de mucha desesperación, insatisfacción y desilusión para escribir unos pocos buenos poemas. No es para todo el mundo ya sea para escribirlos o siquiera leerlos.
El trabajo endulza siempre la vida, pero los dulces no le gustan a todo el mundo.
Es extraño pensar que en el mundo pueda haber algo mejor que tú.
Ninguno de los libros de este mundo te aportará la felicidad, pero secretamente te devuelven a ti mismo.
Hay cosas encerradas dentro de los muros que, si salieran de pronto a la calle y gritaran, llenarían el mundo.
Mi conciencia tiene para mí más peso que la opinión de todo el mundo.
No hay más goces reales en el mundo que el amor fiel de la casa, y la amistad en los pocos hombres buenos.