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La guerra es de por vida en los hombres, porque es guerra la vida, y vivir y militar es una misma cosa.
Menos mal hacen los delincuentes que un mal juez.
No es el filósofo el que sabe donde esta el tesoro sino el que trabaja y lo saca.
Cuando decimos que todo tiempo pasado fue mejor, condenamos el futuro sin conocerlo.
Conviene vivir considerando que se ha de morir; la muerte siempre es buena; parece mala a veces porque es malo a veces el que muere.
El general ha de ser considerado, y el soldado obediente.
Muchos son los buenos, si se da crédito a los testigos; pocos, si se toma declaración a su conciencia.
El exceso es el veneno de la razón.
Es la vida un dolor en que se empieza el de la muerte, que dura mientras dura ella.
El amigo ha de ser corno la sangre, que acude luego a la herida sin esperar a que le llamen.
El rico come, el pobre se alimenta.-
Ser tirano no es ser, sino dejar de ser, y hacer que dejen de ser todos.
El que quiere de esta vida todas las cosas a su gusto, tendrá muchos disgustos.
Los pobres, los pobres, pensé, e inmediatamente me acordé de Francisco de Asís
Pensé en las guerras y en que Francisco es el hombre de la paz, además de los pobres, y así me vino el nombre
Dijo la rana al mosquito desde una tinaja: más quiero morir en el vino que vivir en el agua...
No es dichoso aquél a quien la fortuna no puede dar más, sino aquel a quien no puede quitar nada.
Hay libros cortos que, para entenderlos como se merecen, se necesita una vida muy larga.
Para conservar la salud y cobrarla si se pierde, conviene alargar en todo y en todas maneras el uso del beber vino, por ser, con moderación, el mejor vehículo del alimento y la más eficaz medicina.
Donde hay poca justicia es un peligro tener razón.
Cuerpo que no le arma su corazón, las armas le esconden; más no le arman.
Solo el que manda con amor es servido con lealtad.
El hombre va como los peones: de casilla en casilla sin poder atrapar a la dama.
El amor es fe y no ciencia.
Nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir.
El amor es la última filosofía de la tierra y del cielo.
Si quieres que te sigan las mujeres, ponte delante.
La soberbia nunca baja de donde sube, porque siempre cae de donde subió.
La posesión de la salud es como la de la hacienda, que se goza gastándola, y si no se gasta, no se goza.
El ánimo que piensa en lo que puede temer, empieza a temer en lo que puede pensar.
Todos los que parecen estúpidos, lo son y, además también lo son la mitad de los que no lo parecen.
Nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar y no de vida y de costumbres.
El consejo del escarmiento las más de las veces llega tarde.
Siempre se ha de conservar el temor, más jamás se debe mostrar.
Vive solo para ti si pudieres, pues solo para ti si mueres, mueres.
Bien acierta quien sospecha que siempre yerra.
Bien puede haber puñalada sin lisonja, mas pocas veces hay lisonja sin puñalada.
El ocio es la pérdida del salario.
El hombre es hijo del polvo y nieto de la nada.-
No se debe mostrar la verdad desnuda, sino en camisa.