Frases celebres de jose caballero bonald. Encuentra docenas de frases celebres de jose caballero bonald con fotos para copiar y compartir.
Si se es honrado y se nace pobre, no hay tiempo para ser sabio y ser rico.
Prefiero el brillo de tus ojos al de los diamantes. Porque solo brillan para mí.
Lo menos que podemos hacer, en servicio de algo, es comprenderlo.
En mi dolor envidio al mendigo. En mi felicidad no envidio al rey.
Las palmas son novias que esperan: y hemos de poner la justicia tan alta como las palmas!.
Esta calle triste, se alegra cuando pasas tú, mujer preferida entre todas.
Si siento que te quiero, no necesito saber porqué te quiero.
La vida nos ha sido dada, pero no nos ha sido dada hecha.
Todo el que deja hacer lo que es capaz de hacer, peca.
Sin alteza de ideas nadie espere el respeto común.
Si hay algo que ennoblezca a la juventud, es el miramiento y el respeto a los ancianos.
Contra la razón augusta, nada. Sobre el deber de dar empleo a las fuerzas que puso en la mente la naturaleza, nada. Ni rey sobre el derecho político, ni rey sobre la conciencia. Por encima del hombr...
Algunas personas enfocan su vida de modo que viven con entremeses y guarniciones. El plato principal nunca lo conocen.
Ámese al hombre entusiasta y desinteresado.
En la mejilla ha de sentir todo hombre verdadero el golpe que reciba cualquier mejilla de hombre.
El hombre mejor no es nunca el que fue menos niño, sino al revés: el que al pisar los treinta años encuentra acumulado en su corazón el más espléndido tesoro de la infancia.
Grande es la palabra cuando cabalga la razón.
La libertad obliga a la prudencia: los mutuos deberes al respeto.
Patria es humanidad, es aquella porción de la humanidad que vemos más cerca, y en que nos tocó nacer.
En tanto que haya alguien que crea en una idea, la idea vive.
La juventud es la edad del crecimiento y del desarrollo, de la actividad, y de la viveza, de la imaginación y el ímpetu.
A la república solo ha de salvarla pensar en grande, sacudirse de lo pequeño y proyectar hacia lo porvenir.
Ya no habrá días turbios... ya no habrá noches malas si hay un amor secreto que nos presta sus alas
¡Un hijo! Tú sabes, tú sientes que es eso: ver nacer la vida del fondo de un beso por un inefable milagro de amor.
No hay más goces reales en el mundo que el amor fiel de la casa, y la amistad en los pocos hombres buenos.
Una madre tiene algo de Dios y mucho de ángel.
Mucho daño hacer en este mundo la cobardía; mucho la indeción; mucho la lírica gubernamental, y la política importada.
La política es el arte de los incapaces de triunfar en privado.
Pensar en viejo me abruma y, sin embargo, pensar en joven, en sano y arrogante joven, me parece tan insípido...
Muchas personas creen que cuando han superado un error ya no necesitan volver a enmendarlo.
El amor es un eterno insatisfecho.
Por primera vez me parece buena una cadena para atar, dentro de un cerco mismo, a todos los pueblos de mi América.
Un gran error puede mostrarnos la verdad.
Enseñar, que es lo más bello y honroso del mundo.
La moral se esgrime cuando se está en la oposición; la política, cuando se ha obtenido el poder.
La vida será tuya si sabes que es ajena, que es igual ser montaña que ser grano de arena, pues la calma del justo vence el furor del bravo.
El digno sufre. Pero su dignidad lo consuela.
La máxima especialización equivale a la máxima incultura.
Me cuesta bajar el poema del aire, allí donde me hundo con el plumaje vertical de las palabras. Rozando el infierno y el invierno el poema es un dios de pies ligeros apaleado por las estrellas.
Era un poeta de la luz. Pasaba las horas mirando una copa de árbol, un río, un rostro, una calle y sentía el placer imborrable de quien sueña con un hombre y una mujer y amanece en la vida.