Frases de friedrich nietzsche de amor. Encuentra docenas de frases de friedrich nietzsche de amor con fotos para copiar y compartir.
Quien no tienen alas no debe tenderse sobre abismos.
Siempre me ha parecido hacer mejor en aprender a alegrarme más.
Y he de aprender aún a acercarme a ti con mayor modestia; demasiado impetuoso va aún hacia ti mi corazón.
¿Humillarse uno para herir su soberbia?.
Los grandes intelectos son escépticos.
Sin música la vida sería un error.
Hay almas esclavizadas que agradecen tanto los favores recibidos que se estrangulan con la cuerda de la gratitud.
Pido pues a mi orgullo que siempre vaya del brazo con mi cordura. Y cuando me abandone mi cordura, pues le gusta alzar el vuelo, que mi orgullo vuele siquiera del brazo con mi locura.
Desde que me cansé de buscar he aprendido a hallar.
Yo necesito compañeros, pero compañeros vivos; no muertos y cadáveres que tenga que llevar a cuestas por donde vaya.
Quien se permite hablar en público tiene el deber, tan pronto modifique sus opiniones, de contradecirse también en público.
Solo comprendemos aquellas preguntas que podemos responder.
Mas todos los poetas creen que quién tendido en el pasto aguza el oído se entera un poco de las cosas que existen entre el cielo y la tierra.
El gran estilo nace cuando lo bello obtiene la victoria sobre lo enorme.
La envidia silenciosa crece en el silencio.
Nuestra fe en otros revela en qué quisiéramos creer en nosotros mismos.
El remordimiento es como la mordedura de un perro en una piedra: una tontería.
Lo que hacemos no es nunca comprendido, y siempre es acogido solo por los elogios o por la crítica.
Mucho tienen que hacer los padres para compensar el hecho de tener hijos.
Todos los pozos profundos viven con lentitud sus experiencias: tienen que esperar largo tiempo hasta saber qué fue lo que cayó en su profundidad.
Cuando me encuentro con una criatura, encuentro la voluntad del poder.
El hombre sufre tan terriblemente en el mundo que se ha visto obligado a inventar la risa.
Cuando trates con una mujer no olvides el látigo.
La guerra vuelve estúpido al vencedor y rencoroso al vencido.
Todo el que disfruta cree que lo que importa del árbol es el fruto, cuando en realidad es la semilla. He aquí la diferencia entre los que creen y los que disfrutan.
Olvida uno su falta después de haberla confesado a otro, pero normalmente el otro no la olvida.
Cómo podrías renacer sin antes haber quedado reducido a ceniza.
No pocas veces ya he dicho adiós; conozco las horas desgarradoras de la despedida.
Toda convicción es una cárcel.
Siempre habíais sido lo más caro a mi corazón, mi posesión y mi obsesión; por eso tuvisteis que morir prematuramente.
Fe: no querer saber la verdad.
Ser feliz en la contemplación serena, con la voluntad extinguida, sin la codicia y el afán del egoísmo, frío y gris de pies a cabeza, pero con ojos ebrios de luna.
La persona que tiene mucha alegría es necesariamente buena: pero tal vez no sea la más lista, aunque consigue precisamente aquello que la más lista trata de conseguir con toda su listeza.
Dos cosas quiere el hombre de verdad: el peligro y el juego. Por eso quiere la mujer, que es el juguete más peligroso.
El amor es un verdadero acceso de fiebre, con la diferencia de que ésta comienza con frío y termina con ardor, mientras que el amor sigue el camino contrario.
Hambre y amor mantienen cohesionada la fábrica del mundo.
Solo conoce el amor quien ama sin esperanza.
Solo por el amor puede el hombre librarse de sí mismo.
Pensar y amar son cosas distintas. El pensamiento en sí mismo es inaccesible al amor.
Las mentes más profundas de todos los tiempos han sentido compasión por los animales.