George brassens en mi pueblo sin pretensión ( 4 )
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Ella había perdido el arte de la conversación, pero no la capacidad de hablar.
No hay verdadera felicidad en el egoismo.
En la mujer, el orgullo es a menudo el móvil del amor.
En este mundo, cuando alguien tiene algo que decir, la dificultad no está en conseguir que lo diga, sino que lo repita a menudo.
Suspendí mi educación cuando tuve que ir al colegio.
¿Qué soledad es más solitaria que la desconfianza?
Nadie está graduado en el arte de la vida mientras no haya sido tentado.
Cuando un hombre quiere matar a un tigre, lo llama deporte; cuando es el tigre quien quiere matarle a él, lo llama ferocidad.
Nunca se tendrá un mundo tranquilo hasta que se extirpe el patriotismo en la raza humana.
La desgracia, al ligarse a mí, me enseñó poco a poco otra religión, distinta a la religión enseñada por los hombres.
No hay cura para el nacimiento ni la muerte, solo disfrutar el interválo.
Estar preparados para la guerra es uno de los medios más eficaces para conservar la paz.
No somos solo cuerpo, o solo espíritu, somos cuerpo y espíritu a la vez.
El hogar es la prisión de la doncella y el taller de la mujer.
La inhumanidad es perenne.
No se porque no iba a haber una máquina que escribiese cartas de amor. ¿Acaso no son todas iguales?
Vivimos de nuestros deseos más que de nuestras obras.
Los pequeños actos que se ejecutan son mejores que todos aquellos grandes que se planean.
Si alguien se vuelve para mirar tu traje, es que no vas bien vestido.
El lenguaje político está diseñado para hacer que las mentiras suenen verdaderas y el asesinato respetable, y para dar una apariencia de consistencia al puro viento.
Lo peor que puede hacerse es cruzar el precipicio en dos saltos.
En esta película George presenta cuestiones que son importantes, esencial y vital, quienquiera que sea, acerca de los derechos constitucionales y la piedra angular de la democracia. Me siento atraíd...
Yo les digo a mis colegas no limita su mejor trabajo, sus esperanzas, sus sueños, las aspiraciones del pueblo de Estados Unidos a lo que será firmada por George W. Bush, ya que es demasiado limitado...
No hay beso que no sea principio de despedida; incluso el de llegada.
Religión es hacer el bien; Un hombre no se limita a pensar o sentir su religión, sino que "vive" su religión tanto como es capaz de hacerlo.
La verdadera amistad es planta de lento crecimiento que debe sufrir y vencer los embates del infortunio antes de que sus frutos lleguen a completa madurez.
La verdadera amistad es una planta de desarrollo lento.
Nos equivocamos a menudo en el amor, a menudo herido, a menudo infeliz, pero soy yo quien vivió, y no un ser ficticio, creado por mi orgullo.
Un pueblo solo puede ser guiado por costumbres, no por saber.
Ni la política ha de ser arte de escarceos, retazos y tráficos, ni es digno de confianza de su país el que mira más a parecer bien a sus adversarios -por sus seguridad y gloria de hombre hábil-qu...
Mirá pibe. Si Beethoven hubiera nacido en Tacuarembó, hubiera llegado a ser director de la banda del pueblo.
Hablar de la democracia y callar al pueblo es una farsa. Hablar de humanismo y negar a los hombres es una mentira.
La vida es la memoria del pueblo, la conciencia colectiva de la continuidad histórica, el modo de pensar y de vivir.
Ningún pueblo cree en su gobierno. A lo sumo, los pueblos están resignados.
El pueblo se inquieta al ver llorar, como si un sollozo fuera más grave que una hemorragia.
El pueblo aprendió que estaba solo. . . El pueblo aprendió que estaba solo y que debía pelear por sí mismo y que de su propia entraña sacaría los medios, el silencio, la astucia y la fuerza.
Un pueblo de pescadores bailando bajo la luna el olor a pescado fresco.
Tomado colectivamente, el pueblo es un poeta: autor y actor se inflaman con la obra que se representa o que le hacen representar, sus mismos excesos no son tanto instinto de una crueldad nativa cuanto...
Un pueblo bien loteado y construido en serie, daría como resultado una impresión de calma, de orden, de limpieza, impondría fatalmante la disciplina a los habitantes.
Toda ley supone una autoridad de donde emana, y la causa eficiente y radical de ésta es, por derecho inherente, esencial al pueblo e imprescriptible de su soberanía.
