Proverbio árabe no digas ( 7 )
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Por culpa de un clavo se callo la herradura, por culpa de la herradura se perdio un corcel, por culpa de un corcel no llego un mensaje y por culpa del mensaje que no llego se perdio la guerra...

Lo pasado ha huido, lo que esperas está ausente, pero el presente es tuyo.

Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora.

La crueldad es la fuerza de los cobardes.

El corazón en paz ve una fiesta en todas las aldeas.

Todos los hombres estamos hechos del mismo barro, pero no del mismo molde.

El trabajo del pensamiento se parece a la perforación de un pozo: el agua es turbia al principio, más luego se clarifica.

No hables mal del puente hasta haber cruzado el río.

Aquel cuya sonrisa le embellece es bueno; aquel cuya sonrisa le desfigura es malo

La vida es un gorro; unos se lo ponen, otros se lo quitan.

Del escuchar procede la sabiduría, y del hablar el arrepentimiento.

Nadie prueba la profundidad del río con ambos pies.

Si te caes siete veces, levántate ocho.

Entre camellos nadie se burla de las jorobas.

Por buena que sea la cuna, mejor es la buena crianza.

Un caballero no puede pegarle a una mujer ni siquiera con una flor.

Quién escucha la voz del anciano es como un árbol fuerte; quién tapa los oidos es como una rama al viento.

La paciencia es la llave del paraíso.

El ayer es dinero gastado. Mañana es dinero por venir. Usa pues el día de hoy que es dinero en efectivo.

El carcelero es un prisionero más.

Nunca trates de enseñar a un cerdo a cantar, perderás tu tiempo y fastidiarás al cerdo.

Cuando apuntas con un dedo, recuerda que los otros tres dedos te señalan a tí.

No hay montaña sin niebla, de la misma forma que no hay hombre de mérito sin calumnias.

Tu casa puede sustituir al mundo; el mundo jamás sustituirá a tu casa.

El buen hombre vale más que las grandes riquezas.

Si usted tiene mucho, dé algunas de sus posesiones; si usted tiene poco; dé algo de su corazón.

Caer está permitido. ¡levantarse es obligatorio!.

Los hijos del herrero no tienen miedo a las chispas.

La verdadera mezquita es la que se construye en el fondo del alma.

Es una locura amar, a menos de que se ame con locura.

Cuando se monta un elefante, no molesta el rocío.

Crece donde has sido plantado. Empieza a tejer, y dios te dará el hilo.

Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio.

Hay que guardarse bien de un agua silenciosa, de un perro silencioso y de un enemigo silencioso.

Más vale una cabra que da leche que una vaca estéril.

La arena del desierto es para el viajero fatigado lo mismo que la conversación incesante para el amante del silencio.

No te cases por dinero, a préstamo lo consigues más barato.

Si los cocodrilos comen sus propios huevos qué harían con la carne de una rana.

El orgullo y la pobreza están hechos de una pieza.

Nunca sopla viento favorable para el marino que no sabe en qué puerto fondear.