Frases sobre el cielo ( 6 )
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Si la razón, hija del cielo, pudiera opinar de belleza, la única fealdad sería la enfermedad. F-759

No puedes poner los pies en la tierra hasta que no has tocado el cielo.

Solo el cielo sabe por qué lo amamos tanto.

¡Sobre arena y sobre viento lo ha fundado el cielo todo!

Mientras puedas mirar al cielo sin temor, sabrás que eres puro por dentro, y que, pase lo que pase, volverás a ser feliz.

Quienes cruzan el mar cambian de cielo, pero no de alma

Dios ha construido un circuito en el cielo y se ha llevado a Senna para que corra con él.

La ética no consiste en formular preceptos caídos o dictados desde el cielo, sino que es consecuencia de tomar consciencia de lo que somos.
Por fin amaneció. Avanzó la aurora como una flor de fuego y retrocedió lentamente la oscuridad. El cielo se aclaró y la abrumadora belleza del paisaje surgió ante sus ojos como un mundo recién n...

Escúchalos, préstales atención: quien nunca toca la tierra, puede que nunca llegue al cielo.
¡No mintáis, y no practiquéis lo que odiáis!, porque todo se revela delante del rostro del Cielo. Pues no hay nada escondido que no será revelado, y no hay nada oculto que quedará sin ser descub...

Si no puedo persuadir a los dioses del cielo, moveré a los de los infiernos.

Todo cielo tiene su lucifer y todo paraíso su tentación.
Enumerando todas las dificultades que se me ocurrían, me desanimaba y me pasaba los días sin hacer nada. Fue entonces, lo recuerdo muy bien, cuando él vino como un milagro caído del cielo.

Aquel que guarda una ofensa pierde el cielo de la felicidad.

Una hora de alegría es algo que robamos al dolor y a la muerte, y el cielo nos recuerda pronto nuestro destino.
En el crepúsculo de la memoria volveremos a reunirnos, volveremos a hablar juntos, y cantaréis para mí un canto más profundo: y si vuestras manos vuelven a encontrarse en otro sueño, construiremo...

Los ojos, en los cuales no se refleja el cielo de la Patria, son tristes

¿Qué pasa en la Tierra que el cielo es cada vez más chico?

El corazón del hombre es como el horizonte: una parte del cielo; pero, como el horizonte, cambia noche y día

Y cuando asomas suenan todos los ríos en mi cuerpo, sacuden el cielo las campanas, y un himno llena el mundo.

El sol no había nacido todavía. Hubiera sido imposible distinguir el mar del cielo, excepto por los mil pliegues ligeros de las ondas que le hacían semejarse a una tela arrugada.

El cielo, es cierto, prohíbe algunas satisfacciones, pero en él hay comodidades

¡Cuántas variaciones! ¡Cuántas cosas! Me parece que el cielo solo me ha dado un corazón sensible para ponerlo a prueba en los más rudos combates...

El dueño del cielo azul me pidió que le de la mano, y mi corazón lloró de amor.

Hubo algo formado misteriosamente, nacido antes que el cielo y la Tierra... Puede que sea la madre de miríadas de cosas. No sé su nombre, llamémoslo Tao

Amigos míos, pedid a Dios la alegría. Sed alegres como los niños, como los pájaros del cielo
No he recibido del cielo un temperamento optimista. Nadie percibe en mayor grado que yo lo miserable que es la condición de la vida. No creo en nada, ni en mí siquiera, lo que no es corriente.

El capitalismo ofrece una legitimación del poder, que ya no baja del cielo de las tradiciones culturales, sino que puede obtenerse desde la misma base del trabajo social

Si invocan el cielo, es para usurpar la tierra

Los dos miramos el cielo azul, el castaño sin hojas con sus ramas llenas de gotitas resplandecientes

El que ve el cielo en el agua ve los peces en los árboles.

¿Quién llenará este vacío de cielo desalentado que deja tu cuerpo al mío?

El cielo nunca le ayudará a aquellas personas que no actúan.

...y el lunes al café del desayuno - vuelve la guerra fría - y al cielo de tu boca el purgatorio
Creo en la naturaleza, en las aves, el mar, el cielo, en todo lo que puedo ver o que tiene evidencia real. Si estas cosas son las que entendemos por Dios, yo creo en Dios. No creo en un Dios personal ...

Si las conociéramos, las cosas del cielo tendrían otros nombres.

El cielo o el infierno están en nuestra cabeza, no en las cosas materiales que poseemos.

¡Qué interesantes y encantadores son los juegos del cielo, el agua y la tierra..., precioso espejo donde se refleja ese otro mundo más alto que es la meta de nuestra fe y sueños!

«Navegando por el mar del tiempo, el dios solitario vaga de una distante orilla a otra, confirmando las leyes de las estrellas del cielo».