Frases te echo de menos ( 2 )
Frases te echo de menos. Encuentra docenas de frases te echo de menos con fotos para copiar y compartir.
Echo de menos los aspectos de estar en el mundo árabe - el idioma - y hay una tranquilidad en estas ciudades con grandes ríos. Ya sea en El Cairo o Bagdad, te sientas allí y piensas, 'Este río ha ...
Quiero a mi amigo que me falta el tiempo que lo echo de menos.
No echo de menos ser periodista como un trabajo, pero echo de menos la interacción diaria con la primera línea de aplicación de la ley. Todavía tengo un grupo de policías que me mantienen al día...
Tengo una gran vida que me gusta mucho. Pero hay algo que masticar en mi interior: la adrenalina del fútbol, ??echo de menos eso.
No echo de menos la política.
Echaba de menos mi casa - como el aspecto físico de mi casa, me perdí mis amigos y mi família sobre todo y pasar el rato y estar en su país de origen - cultural se siente bien y eso es lo que echo...
No echo de menos jugar al fútbol, ??pero yo echo de entrar en el vestuario todos los días y con una risa.
Creo que alguien que colecciona cosas bellas del pasado, lo que más echo de menos sobre el modernismo y las cosas que lamento sobre el pasado son cosas cotidianas que utilizaría fuera más bonito.
Echo de menos los videojuegos, donde el salto tiro era el combo más difícil de dominar.
Lo que echo de menos cuando estoy lejos es el orgullo en el béisbol. Sobre todo el orgullo de ser parte de un equipo que gana.
Si te puedes perder de levantarse por la mañana y correr en una pared, echo de menos jugar al fútbol. Nunca voy a ser un atleta frustrado.
Si no te mando mi mensaje de buenos días por la mañana siento que me falta algo durante todo el día. Te echo de menos, amor mío.
Si te regalo unas flores sabrás que te quiero, si te sonrío sabrás lo mucho que me gustas, si lloro sabrás lo mucho que te echo de menos, y este mensaje de ?Buenos Días, Princesa? significa que n...
Has de hablar como en testamento, que a menos palabras, menos pleitos.
La sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz.
Es menos malo agitarse en la duda que descansar en el error.
Pensar es más interesante que saber, pero menos interesante que mirar.
Aquellos que anuncian que luchan en favor de Dios son siempre los hombres menos pacíficos de la Tierra. Como creen percibir mensajes celestiales, tienen sordos los oídos para toda palabra de humanid...
Cuanto menos se lleve a cabo, más corta parece la vida.
Uno de los grandes secretos del trato con los hombres consiste, para los inteligentes, en fingir menos inteligencia de la que tiene, y para los tontos, en fingir más.
La libertad de amar no es menos sagrada que la libertad de pensar. Lo que hoy se llama adulterio, antaño se llamó herejía.
Lo que cuesta poco se estima en menos.
No estimes el dinero en más ni en menos de lo que vale, porque es un buen siervo y un mal amo.
Ningún favor produce una gratitud menos permanente que el don de la libertad, especialmente entre aquellos pueblos que están dispuestos a hacer mal uso de ella.
Hay que trabajar menos.
El placer más seguro es el menos placentero.-
Tenemos dos orejas y una sola lengua para que oigamos más y hablemos menos.
El autor es el que menos cobra... De la edición de mi novela Corazón tan blanco, por la que el lector paga ocho dólares, yo me llevo solo 40 centavos.
He perdido mi reputación. Pero no la echo en falta.
No es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita.
Un experto es alguien que sabe más y más sobre menos y menos.
Quiereme cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite.
Echarás de menos los males a los que hoy buscas remedio.
Uno debe cambiar con la época, a menos que sea tan importante como para hacer que la época cambie.
El dinero abre todas las puertas menos las del corazón.
Cansa menos andar sobre terreno accidentado que sobre terreno llano.
Ese precioso y necesario don del sentido común, que es el menos común de los sentidos.
Nunca se es más activo que cuando no se hace nada; nunca se está menos solo que cuando nadie le acompaña a uno.
Seis, ocho millones de espectadores. Estas son cifras con las que nunca pudo soñar ningún director teatral o novelista y menos aún Esquilo, Sófocles o Eurípides.
Si bien lo miran, no hay nadie que no experimente, en alguna ocasión u otra, y en más o menos grado, sentimientos análogos a los míos respecto del océano
