Rilke la verdadera patria es la infancia. Encuentra docenas de rilke la verdadera patria es la infancia con fotos para copiar y compartir.
La infancia es a veces un paraíso perdido. Pero otras veces es un infierno de mierda.
Dejamos de jugar, de hacer travesuras, de soñar.
Olvidamos nuestra infancia, nuestra franqueza, nuestras
locuras, porque nos hicimos mayores o por perder las
ilusiones que nos impulsaban en nues...
Nuestra patria es una, empieza en el río grande, y va a parar en los montes fangosos de la patagonia.
Para servir a la patria nunca sobra el que llega ni hace falta el que se va.
Vivir sin Patria, es lo mismo que vivir sin Honor.
Nada hay tan dulce como la patria y los padres propios, aunque uno tenga en tierra extraña y lejana la mansión más opulenta.
Pequeña patria, dulce tormenta mía, canto ubicado en mi garganta desde los siglos del maíz rebelde: tengo mil años de llevar tu nombre como un pequeño corazón futuro cuyas alas comienzan a abrir...
Amo a mi patria casi infinitamente, como se podria amar a un hijo imbecil o malvado.
La patria no es de nadie: y si es de alguien, será, y esto solo en espíritu, de quien la sirva con mayor desprendimiento e inteligencia.
El amor a mi patria lo he puesto sobre todos los amores y tú debes convencerte que para ser feliz conmigo, es menester que el sol de la libertad brille en nuestras frentes.
No nací en un rincón remoto: mi patria es el mundo entero.
De una patria, como de una madre, nacen hombres.
Me hablas de lengua, patria y religión. Esas son las redes de las que he de procurar escapar.
Cuando la patria esta en peligro, todo esta permitido, excepto, no defenderla.
La verdadera hermandad no requiere lazos de sangre.
El indulto es para los criminales, no para los defensores de la patria.
Sed justos lo primero, si queréis ser felices. Ese es el primer deber del hombre; y ser unidos, y así apagaréis la tea de la discordia y venceréis a vuestros enemigos, y la patria será libre y sa...
Se puede abandonar a una patria dichosa y triunfante. Pero amenazada, destrozada y oprimida no se le deja nunca; se le salva o se muere por ella.
Hay una calle que mi corazón se ha robado de los barrios de mi infancia.
Mucho me falta para ser un verdadero padre de la patria, me contentaría con ser un buen hijo de ella.
Toda la tierra está al alcance del sabio, ya que la patria de un alma elevada es el universo.
Quien piensa en sí, no ama a la patria.
Uno cree que muere por la patria y muere por los industriales.
No busco glorias si no la unión de los americanos y la prosperidad de la patria.
Yo quiero patria libre o morir.
Nadie y todos somos la patria.
Para mí la patria, no será nunca triunfo, sino agonía y deber.
La patria es dicha, dolor y cielo de todos y no feudo ni capellanía de nadie.
Cuando se sirve bien a la patria, se tienen en todas partes muchos amigos viejos.
Nunca me fue tan necesario como hoy el tener salud, corazón y juicio; hoy que hombres sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud de la Patria.
Dibujada llevo en mi sangre y mi cuerpo cuerpo y sangre de mi patria.
Los enemigos de la Patria, por consiguiente nuestros, están todos muy acordes en estas ideas; destruir la nacionalidad aunque para ello sea preciso aniquilar a la Nación entera.
Pequeña patria mía, dulce tormenta, un litoral de amor elevan mis pupilas y la garganta se me llena de silvestre alegría cuando digo patria, obrero, golondrina.
La patria es espíritu. Ello dice que el ser de la patria se funda en un valor o en una acumulación de valores, con los que se enlaza a los hijos de un territorio en el suelo que habitan.
La patria es un peligro que florece.
Ninguno ama a su patria porque es grande, sino porque es suya.
Los soldados de la patria no conocen el lujo, sino la gloria.
Un caudillo desinteresado, es una gala de los hombres y huésped eterno de la patria.
La libertad de mi patria, quisiera verla surgir entre alas, no de entre charcas de sangre.
El que no ama su patria no puede amar nada.