Aprendizaje en aristóteles. Encuentra docenas de aprendizaje en aristóteles con fotos para copiar y compartir.
No hay que empezar siempre por la noción primera de las cosas que se estudian, sino por aquello que puede facilitar el aprendizaje.
Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, ...
El imitar es connatural al hombre.
Todo acto forzoso se vuelve desagradable.
Un estado es gobernado mejor por un hombre bueno que por unas buenas leyes.
La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas.
La amistad perfecta es la de los buenos y de aquellos que se asemejan por la virtud. Ellos se desean mutuamente el bien en el mismo sentido.
Para vivir solo es preciso ser un animal o un dios -dice Aristóteles. Falta el tercer caso: hay que ser ambas cosas: un filósofo.
Lo que tiene alma se distingue de lo que no la tiene por el hecho de vivir.
Es propio del filósofo poder especular sobre todas las cosas.
Los grandes conocimientos engendran las grandes dudas.
El hombre nada puede aprender sino en virtud de lo que sabe.
Avaro es el que no gasta en lo que debe, ni lo que debe, ni cuando debe.
Pues es imposible o no es fácil hacer el bien cuando se está desprovisto de recursos.
La riqueza consiste mucho más en el disfrute que en la posesión.
El único estado estable es aquel en que todos los ciudadanos son iguales ante la ley.
La naturaleza no hace nada en vano.
El género humano tiene, para saber conducirse, el arte y el razonamiento.
La dignidad no consiste en nuestros honores sino en el reconocimiento de merecer lo que tenemos.
La historia cuenta lo que sucedió; la poesía lo que debía suceder.
La ciencia es respecto del alma lo que es la luz respecto de los ojos, y si las raíces son amargas, los frutos son muy dulces.
Se quiere más aquello que se ha conseguido con muchas fatigas.
Todos los gobiernos mueren por la exageración de su principio.
Todo hombre, por naturaleza, desea saber.
Las revoluciones no se hacen por menudencias, pero nacen por menudencias.
La virtud está en el término medio.
Cada uno juzga bien aquello que conoce, y de eso es buen juez.
Por aquello que llamamos justo queremos decir lo que es legal, lo que es limpio y equitativo.
No admitir como verdad nada que no fuera evidente.
Parece, en efecto, que el principio es más de la mitad del todo, y que por él se aclaran muchas de las cosas que se buscan.
Quien discute sobre si se puede matar a la propia madre no merece argumentos sino azotes.
Si las acciones humanas pueden ser nobles, vergonzosas o indiferentes, lo mismo ocurre con los placeres correspondientes. Hay placeres que derivan de actividades nobles, y otros de vergonzoso origen.
Todo hombre tiene derecho a ser feliz.
Es la ignorancia de alguien que sabe cosas, pero que voluntariamente ignora hasta cierto punto su saber para dar lugar a lo nuevo que va a ocurrir.
Nada hay en la mente que no haya estado antes en los sentidos.
Que nadie elogia a la felicidad... por eso dicen que en la mitad de la vida en nada se diferencian los felices de los desgraciados.
Es preciso que la filosofía sea un saber especial, de los primeros principios y de las primeras causas.
Las cosas se llaman equívocas cuando tan solo tienen de común el nombre.
La democracia ha surgido de la idea de que sí los hombres son iguales en cualquier respecto, lo son en todos.
Es evidente que todos los fines no son fines perfectos. Pero el bien supremo constituye, de alguna manera, un fin perfecto.