Frases celebres para los hombres cachones ( 63 )
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Los hombres nunca hacen el mal de forma tan completa y entusiasta como cuando lo hacen por convencimiento religioso.

El mundo de ningún modo se hundirá porque haya menos hombres malos.

No hay un poco de brizna de hierba, no hay color en este mundo que no tenga la intención de hacer que los hombres se regocijen.
La palabra se inventó para mentir, en ella no cabe la verdad. El hombre es un mentiroso nato y la realidad no se puede apresar con palabras, asà como un rÃo no se puede apresar con las manos. El rÃ...
Einstein consideraba que la lealtad a un partido implicaba renunciar a cierta independencia de pensamiento, y aquella conformidad le confundÃa. «Para mà es un completo misterio cómo un hombre inte...

El éxito es algo repugnante; su falso parecido con el mérito engaña a los hombres.
Sin duda el hombre ha de ocuparse necesariamente de lo finito; pero hay una necesidad superior, que es la que el hombre tenga un domingo en la vida, para elevarse sobre los quehaceres de los dÃas ord...
Con la voz enternecida por las sonrisas, me dijiste que siempre habÃa que cortar por debajo del capullo, pues si no se corrÃa el riesgo de herir a la rosa; y un hombre jamás debe
herir a una ros...

Si Atenas te parece grande considera entonces que sus glorias fueron alcanzadas por hombres valientes, y por hombres que aprendieron sus deberes.
Ustedes saben la verdad, y la verdad es que algunos negros mienten, algunos negros son inmorales, algunos negros no merecen la confianza de estar cerca de las mujeres... blancas o negras. Pero ésta e...
Poulon era muy raro. Era uno de esos hombres inteligentes capaces de morir sin soltar prenda... y quizás por eso seguÃa aquel camino. Sólo un zoquete tiene bolsas llenas de consejos y respuestas a ...
Que los filósofos de la ciencia se engañen creyendo lo contrario, pero la fÃsica estaba exenta de contaminación humana, describÃa un mundo que existirÃa igual si no existieran los hombres y las ...

Sólo hay algo a lo que los hombres con cargos públicos, del rey al ministro, dice, temen más que la educación de sus súbditos: la pluma de los buenos escritores.

Un hombre de inteligencia sana no puede ser feliz, porque la vida es para él una realidad, y ve que es una realidad terrible. Únicamente

?los hombres saben mejor que las mujeres, saben recio como cochino salado, como jamón, da gusto comer un buen macho, las mujeres saben dulce como quien come flores y te dejan él estomago flojo como ...
... Hay 3 clases de amistad: por interés o utilidad, por placer y la "amistad perfecta, la de los hombres de bien y semejantes en virtud, porque éstos se desean igualmente el bien".

Una generación nueva, que se dedica más que la última a temer a la pobreza y a adorar el éxito; crece para encontrar muertos a todos los dioses, tiene hechas todas las guerras y debilitadas todas ...

Aquel hombre para el que todos en aquel pueblo vivÃan, se movÃa siempre en una burbuja de vacÃo. Como si un precepto tácito ordenara al mundo que lo dejaran vivir solo.

Los hombres no sucumbimos a las grandes penas ni a las grandes alegrÃas, y es porque esas penas y esas alegrÃas vienen embozadas en una

La locura y la soledad han matado a muchos más hombres y mujeres que el alcohol y las drogas.

La verdadera generosidad es anónima hasta tal punto que un hombre deberÃa estar incluso preparado para ser considerado tacaño antes que tener que explicar sus acciones a otros.
A pesar de que somos hombres de nuestra propia vida personal somos también, por otra parte, en gran medida, representantes, vÃctimas y promotores de un espÃritu colectivo, cuya vida equivale a sigl...
Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el mat...
El capitán, seguro de no resistir mucho rato frente a cinco hombres armados y diestros en el oficio, decidió no andarse con lindezas de esgrima, y en vez de curar su salud procuró desbaratar la de ...

Dos inclinaciones impedÃan conducirme hasta el conocimiento verdadero de la vida: era bebedor y detestaba a los hombres, no me alegraba la compañÃa de mis semejantes.
Qué extranjera raza la de los adultos, la de los hombres y las mujeres. Qué extranjeros y absurdos, nosotros. Qué fuera del mundo y hasta del tiempo. Ya no eramos niños. De pronto ya no sabÃamos ...

El único talento del hombre se basa en su innoble habilidad para satisfacer las necesidades de su cuerpo -continuó el vagabundo-. Para eso no se necesita inteligencia.
Pues bien, mi trabajo: arriesgo mi vida y mi razón destruida a medias. -bueno- pero tú no estás entre los marchands de hombres que yo sepa; y puedes tomar partido, me parece, procedente realmente c...

Creedme: Esos hombres no saben nada del amor.
La plegaria, dirigida por los hombres a los dioses y enviada por los dioses a los hombres, sostenÃa a unos y a otros: y aún el mismo dios del brahmán, el Señor de la Plegaria, necesitaba de ella, ...

El interés del creador es conquistar la naturaleza. El interés del parásito es conquistar a los hombres.
Cuando oigo música, mi imaginación juega a menudo con la idea de que la vida de todos los hombres y la mÃa propia no son más que sueños de un espÃritu eterno, buenos o malos sueños, de que cada...
Y aunque yo era entonces un chiquillo, recuerdo que pensé lo siguiente: «Un hombre tonto no es capaz de hacer en ningún momento de su vida los disparates que hacen a veces las naciones, dirigidas p...

Pero eso es lo maravilloso en el hombre; nunca se descorazona o disgusta tanto como para no empezar de nuevo. Sabe

Los recuerdos de los hombres son inciertos y el pasado que fue difiere muy poco del pasado que no fue.
Se habÃa cansado de esperar al hombre que se quedó, a los hombres que se fueron, a los incontables hombres que erraron el camino de su casa confundidos por la incertidumbre de las barajas.

Las mujeres son todas iguales. Están llenas de botones, millones de botones. Pero los hombres sólo tienen el conectar y desconectar. Sólo necesitan comida.

Yo soy el hombre que no existe para otros.

Le repugnaban los hombres tatuados. En el pueblo no habÃa visto a nadie asà y, por otra parte, ni Robert Redford ni Julio Iglesias ni nadie verdaderamete fino y decente se tatuaba.

Los hombres acaban por habituarse a todo, hasta a la servidumbre, con tal que el amo no sea más duro que la servidumbre misma