Frases-cortas-dia-de-la madre ( 36 )
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Dar, recibir, contar los secretos, preguntar, comer y convidar a comer, son seis señales de amistad.
La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas.
Afronta tu camino con coraje, no tengas miedo de las críticas de los demás. Y, sobre todo, no te dejes paralizar por tus propias críticas.
Si nunca esperas nada de nadie nunca te decepcionarás.
No miréis hacia atrás con ira, ni hacia adelante con miedo, sino alrededor con atención.
Esta permitido el caerse... Pero es obligatorio el levantarse
En un beso, sabrás todo lo que he callado.
Si planta una semilla de amistad, recogerá un ramo de felicidad.
Sueña nunca dejes de soñar... si pones tu alma y tu corazon en un sueño, el universo conspira para ayudarte a conseguirlo
Terminó la confianza, hay una gran decepción y pronto morirá el amor.
El primer paso de la ignorancia es presumir de saber.
No le temo a tu despedida: le temo a la desolación que inunda mi alma al saber q no he de perderme en tus ojos o fundirme en tu piel nunca mas.
La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla.
La reflexión calmada y tranquila desenreda todos los nudos.
La muerte para los jóvenes es naufragio y para los viejos es llegar a puerto.
No soporto decirte adios, por que ahora ya no solo te quiero si no que te amo mas que ayer ,mas que hoy y mucho mas como te amare mañana. Nunca te olvidare.
El amor nace del recuerdo,
vive de la inteligencia
y muere por olvido.
El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad.
Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida.
La reflexión es el ojo del alma.
Muy distinto es no decir lo que se piensa que no pensar lo que se dice.
No se sale adelante celebrando éxitos sino superando fracasos.
La vida está para adelante nunca para atraz,si andas por la vida dejando puertas abiertas no podras desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción.
De mujer que es madre, nadie nunca mal hable.
Las conferencias deben ser como las faldas de las mujeres: suficientemente largas para contener algo y suficientemente cortas para despertar el interés.
La religión tiene por padre a la miseria y por madre a la imaginación.
La pereza es la madre de la pobreza.
A todos amo con un amor de mujer, de madre, de hermana, con un amor que es más grande que yo toda, que me supera y me envuelve como un océano donde todo el misterio se resuelve en espuma...
¡Desgraciados los traidores, madre patria, desgraciados. Ellos conocerán la muerte de la muerte hasta la muerte!.
Quien reconoce que odia a su madre está en los umbrales de la salud mental.
El amor es el olvido del yo.
Es parentesco sin sangre una amistad verdadera.
Los buenos tiempos de hoy son los pensamientos tristes de la mañana.
La primera vez que me engañes la culpa será tuya; la segunda vez, la culpa será mía.
No hables al menos que puedas mejorar el silencio.
Qué desagradable resulta caerle bien a la gente que te cae mal.
Para el logro del triunfo siempre ha sido indispensable pasar por la senda de los sacrificios.
El futuro del mundo pende del aliento de los niños que van a la escuela.
Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás. Así te ahorrarás disgustos.
Cualquiera puede dominar un sufrimiento, excepto el que lo siente.
