Frases-para-un-padre-fallecido ( 93 )
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Hijo mio, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: un pequeño yate, una pequeña mansion, una pequeña fortuna.

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera.

Nadie pone sus sueños en manos de aquellos que pueden destruirlos.

No hay hombre, por viejo que esté, que no piense que puede vivir otro año.

Las mujeres con pasado y los hombres con futuro son las personas más interesantes.

La amistad comienza donde termina o cuando concluye el interés.

No hay peor sordo que el que no puede oír; pero hay otro peor, aquél que por una oreja le entra y por otra se le va.

Siempre que te pregunten si puedes hacer un trabajo, contesta que sí y ponte enseguida a aprender como se hace.

El que no posee el don de maravillarse ni de entusiasmarse más le valdría estar muerto,porque sus ojos están cerrados.

Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente,...

La vida es la constante sorpresa de saber que existo.

Las buenas costumbres, y no la fuerza, son las columnas de las leyes; y el ejercicio de la justicia es el ejercicio de la libertad.

En política lo importante no es tener razón sino que se la den a uno.

El éxito esta compuesto de un 90 % de esfuerzo, un 5 % de talento, y un 5% de originalidad.

En la sombra, lejos de la luz del día, la melancolía suspira sobre la cama triste, el dolor a su lado, y la migraña en su cabeza.

La mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo. Engañar a los demás es un defecto relativamente vano.

La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar.

No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados. Si pudiera, le diría que se vaya; pero tengo una mujer atravesada en la garganta.

La timidez es una condición ajena al corazón, una categoría, una dimensión que desemboca en la soledad.

El verdadero amor es como los espíritus: todos hablan de ellos, pero pocos los han visto.

Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa.

El que está acostumbrado a viajar, sabe que siempre es necesario partir algún día.

El mayor de todos los misterios es el hombre.

El valor no es la ausencia del miedo, sino el miedo junto a la voluntad de seguir.

No puedo darte la formula del éxito, pero si la del fracaso: Trata de complacer a todos.

El peor de los arrepentimientos es el de aquello que nunca hiciste.

El hombre tiene miedo a la pérdida del poder, le asustan las mujeres que saben lo que quieren y están seguras de si mismas.

Siente, no seas una máquina de pensar.

El amor es una epidemia que se acaba con el tiempo.

La estupidez insiste siempre.

En todo momento de mi vida hay una mujer que me lleva de la mano en las tinieblas de una realidad que las mujeres conocen mejor que los hombres y en las cuales se orientan mejor con menos luces.

¡La mujer y el niño necesitan más cariño, que leche!.

Oh, falso amor, pocas veces das placer y muchas dolor!.

Mi felicidad consiste en que se apreciar lo que tengo y no deseo con exceso lo que no tengo.

Dios siempre me dió una segunda oportunidad en la vida.

Educación es lo que queda después de olvidar lo que se ha aprendido en la escuela.

La ternura es la columna central que sostiene la vida.

No eres más porque te alaben, ni menos porque te critiquen; lo que eres delante de dios, eso eres y nada más.

El amor hace pasar el tiempo; el tiempo hace pasar el amor

La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino.