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El mundo podría existir muy bien sin la literatura, e incluso mejor, sin el hombre.
El arte es el placer de un espíritu que penetra en la naturaleza y descubre que también ésta tiene alma.
Leer es el único acto soberano que nos queda.
¡Hay tantas maneras de leer, y hace falta tanto talento para leer bien!.
El arte es la firma de la civilización.
El arte debe ser gusto, diversión y alucinación.
El critico es un hombre que espera milagros.
He preferido estudiar los libros que a los hombres.
La arquitectura es una música congelada.
La literatura puede ser una buena terapia personal, una especie de psicoanálisis por el que no se paga al psicoanalista.
La música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo.
En el proceso de la escritura la imaginación y la memoria se confunden.
En el arte no hay malos motivos; hay motivos mal empleados.
A veces, el arte está en los críticos. Estos inventan el arte.
La música constituye una revelación más alta que ninguna filosofía.
La literatura no es otra cosa que un sueño dirigido.
Ahora puedo decir que el arte es una tontería.
Uno escribe a base de ser un minero de sí mismo.
Nunca leo novelas ni ensayos, sino biografías. Para mí, es más importante la vida de un hombre que sus sueños de papel.
El cine es un vehículo de expresión, pero no estoy muy seguro de que sea un arte.
La música es la aritmética de los sonidos, como la óptica es la geometría de la luz.
El autor que ha alcanzado fama corre peligro de verla disminuir, tanto si se sigue escribiendo como si deja de hacerlo.
Los críticos ven la música y oyen la pintura.
El arte de dirigir consiste en saber cuando hay que abandonar la batuta para no molestar a la orquesta.
Los músicos son terriblemente irrazonables. Siempre quieren que uno sea totalmente mudo en el preciso momento que uno desea ser completamente sordo.
Después de todo, la pintura se ha de hacer tal como uno es.
Aquellos impecables autores son los que nunca escribieron.
Cuando era joven leía casi siempre para aprender; hoy, a veces, leo para olvidar.
La crítica es la fuerza del imponente.
La música compone los ánimos descompuestos y alivia los trabajos que nacen del espíritu.
La música es el verdadero lenguaje universal.
La lectura es como el alimento; el provecho no está en proporción de lo que se come, sino de los que se digiere.
Las grandes elevaciones del alma no son posibles sinó en la soledad y en el silencio.
La función última de la crítica es que satisfaga la función natural de desdeñar, lo que conviene a la buena higiene del espíritu.
Ser director de cine en España es como ser torero en Japón.
Allí esta el fastuoso escenario de la vida para los que saben mirar un poco.
A fuerza de construir bien, se llega a buen arquitecto.
No hay nada más común que la pasión por el arte.
La música empieza donde se acaba el lenguaje.
La música es el arte más directo, entra por el oído y va al corazón.