Frases celebres para los hombres cachones ( 92 )
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Quisiera yo que siquiera al final el arduo camino fuera para bien o para mal, árbol no de ciencia artera, sí, pecado original.

La libertad tiene mil encantos para dar que los esclavos no conocen.

Mira dos veces para ver lo justo. No mires más que una vez para ver lo bello.

Lo que no es útil para la colmena, no es útil para la abeja.

Si dios existe, ¿para qué los curas?.

Los hombres que alaban siempre son o simples o bajos; los que no alaban nunca son o imbéciles o envidiosos.

La indignación moral es la estrategia tipo para dotar al idiota de dignidad.

Me encanta el poder. Pero lo amo como a un artista. Me encanta como el músico ama a su violín, para extraer de él sus sonidos, acordes y armonías.

Comprendí que el trabajo del poeta no estaba en la poesía ; estaba en la invención de razones para que la poesía fuese admirable.

Trabajo en torno a la descripción y me desentiendo de todo intento que haga el soñante para desprenderse de él.

En este mundo siempre hay peligros para quien les tiene miedo.

No dejes que el mal te confunda y creas que puedes tener secretos para él.

Demasiado juego para ser una ciencia y demasiada ciencia para ser un juego.

Por todas las evidencias estamos en el mundo para no hacer nada.

La igualdad de las mujeres debe ser un componente central en cualquier intento para resolver los problemas sociales, económicos y políticos.

Prefiero dibujar a hablar. Dibujar es más rápido, y deja menos espacio para la mentira.

La injusticia no tiene ninguna razón de existir en el Universo, y su nacimiento fue de la envidia y antagonismo de los hombres, antes de haber comprendido su espíritu.

El arte de dirigir consiste en saber cuando hay que abandonar la batuta para no molestar a la orquesta.

¿Qué clase de mundo es éste que puede mandar máquinas a marte y no hace nada para detener el asesinato de un ser humano?.
Aunque el ideal de la empresa libre podría prestarse a elevar la condición humana, cuando se practica para el beneficio de la empresa solamente, se convierte en una licencia para exclavizar más al ...

¿No cree usted que tenemos para enseñar una enormidad de cosas en las que nosotros mismos no creemos?.

Para servir a la patria nunca sobra el que llega ni hace falta el que se va.
Creo que mi madre fue siempre fiel a la infidelidad de mi padre y eligió la castidad. La castidad de mi madre era peor que la de una virgen, porque ella había conocido el placer durante unos meses y...

Los primeros días del hombre son provisión para los últimos.

Pues mi noción de la justicia es ésta: los hombres no son iguales.

Aunque las mujeres no somos buenas para el consejo, algunas veces acertamos.

Los hombres intentan purificarse manchándose de sangre. Es como si, después de haberse manchado con barro, quisieran limpiarse con barro.

La creencia en algún tipo de maldad sobrenatural no es necesaria. Los hombres por sí solos ya son capaces de cualquier maldad.

Amo el desvarío de tus manos y las montañas de sueño que me tocan: alas para borrar mi aquelarre de mundos que no entiendo.

Un traidor es un hombre que dejó su partido para inscribirse en otro. Un convertido es un traidor que abandonó su partido para inscribirse en el nuestro.

Engañar a los hombres de uno en uno es bastante más difícil que engañarlos de mil en mil. Por eso el orador tiene menos mérito que el abogado o el curandero.

La mentira es una de las tantas convenciones que un creador acepta para decir su verdad.

No dejes que los planes que tienes para ti sean más importantes que tú mismo.

Un poco fastidiosas, las flores para abrirse. ¡El buda dormido!.

Otros corazones no han tenido miedo, solo el tuyo es el que quiero. Haré todo para cuidar tu amor, quizás será una tontería, no tengo temor.

Lo más importante intelectualmente hoy no es tanto comprender los motivos de los terroristas, sino los nuestros para resistirles sin emplear sus propias armas.

Una celebridad es una persona que se ha pasado toda la vida tratando de llegar a famoso y cuando lo ha conseguido utiliza gafas negras para que nadie le reconozca.
Aristóteles manifestaba que las mujeres tenían menos dientes que los hombres; aunque se casó dos veces, nunca se le ocurrió comprobar esta afirmación examinando la dentadura de sus esposas.
No solo los hombres tienden a perder el recuerdo de los beneficios y de las injurias, sino que incluso odian a sus benefactores y dejan de odiar a quien los ofendió. La perseverancia en recompensar e...

Haz que los adversarios vean como extraordinario lo que es ordinario para ti; haz que vean como ordinario lo que es extraordinario para ti.