Frases cortas de calor. Encuentra docenas de frases cortas de calor con fotos para copiar y compartir.
Enciéndele a un hombre un fuego y él tendrá calor durante un día. Ponlo en el fuego y estará caliente durante toda su vida.
Todo lo que estimula nuestra vida, trayéndonos calor, frío, tristezas, es breve y es saludable. ¡Sopórtalo, entonces, como lo hace el sabio!
El vino, mientras más se envejece, más calor tiene: al contrario de nuestra naturaleza, que mientras más vive, más se va enfriando.
Le gusta al frió monstruo entrar en calor al sol de las conciencias limpias.
Este día de invierno hace calor al sol. Pero frío.
El matrimonio, al contrario de la fiebre, comienza con calor y termina con frío.
El calor como el frío poco a poco nos va agotando.
No hay peor tiranía que la que se ejerce a la sombra de las leyes y bajo el calor de la justicia.
Lo dejó como pollo rostizado, en el calor y dando vueltas.
El amor es el calor de la luz del Ser. Por eso el amor lo abarca todo. El amor es el calor y el resplandor de la Unidad. El amor es la esencia de la Unidad.
Comíamos bien y barato, bebíamos bien y barato, y juntos dormíamos bien y con calor, y nos queríamos.
¿Qué haría un hombre, si se ve obligado a vivir siempre en el calor sofocante de la sociedad, y nunca podría bañarse en la fría soledad?
Una ola de una alegría más tierna escapó de su corazón para correrle en cálido torrente por las arterias. Como el tierno calor de las estrellas, rompieron a iluminar su memoria.
Siento el calor cuando mis dedos le ganan a otro botón.
La idea de España me la sopla. Es una idea metafísica que no me produce ni frio ni calor. Lo que hay que defender son los derechos ciudadanos.
Rechaza enérgicamente toda sombra de melancolía. Nunca es más apropiada la palabra «sombra». Sí, la melancolía es una sombra que nos impide gozar de una luz y del calor del sol
Con esos besos que ni frio, ni calor, pero si son de tu boca... también los quiero yo
Cuando veas el bien, procede como si nunca pudieras alcanzarlo completamente; cuando te veas frente a frente con el mal, procede como si fueras a probar el calor del agua hirviendo.
Que eso no es un sombrero, que eso es el calor del secreto, que crece con cada palabra que echas al fuego, de tu de tu intimidad.
Quién puede medir el calor y la violencia de un corazón de poeta apresado y embrollado en un cuerpo de mujer?
Debía seguir caminando, seguir en movimiento, alejarme. Al amanecer volverían a iniciar la persecución. Mas en el calor de la acción me repetía «soy libre», y mi voz me hacía compañía
ningún amor de verano te dara el calor que yo te daba en invierno
no cabe duda que para conservar durante mucho tiempo el corazón de un amante, hay que alternar el frío y el calor. No darlo todo, tampoco negarlo.
No era comprensible que una mujer con aquel espíritu hubiera regresado a un pueblo muerto, deprimido por el polvo y el calor
A las estrellas pido, les pido valor, que no se despierte el mar; les pido calor, volverte a encontrar
¿Por qué correr estando libre y solo ver que nadie espera en destino? El árbol sabe descender, hacia el calor del centro mismo del abismo.
Aquello que sale del corazón, lleva el matiz y el calor de su lugar de origen.
No quiero el calor de vuestro fuego, no quiero el agua de vuestras tinajas. Quiero solo un lugar para mi canción.
El fuego de la leña verde proporciona más humo que calor.
Que tengas calor en tu iglú, petróleo en tu lámpara y paz en tu corazón.
Entre un grupo de solo hombres ¡qué calor el de la mujer!.
Te visto con el calor de mis labios y mi tibia boca te desviste.
La que ayer fue capullo, es rosa ya, y pronto agostará rosas y plantas el calor estival.
Yo tengo, para ti, todo lo noble que cielo, tierra y corazón abarcan; el calor de los soles, ¡de los soles que, como yo, te aman!.
Calor, amor. La historia tras la puerta.
Hace calor de Dios, amor.
Tu desnudez derriba con su calor los límites, me abre todas las puertas para que te adivine, me toma de la mano como a un niño perdido que en ti dejara quieta su edad y sus preguntas.
Eras tu la que murmurando en mi oreja, con calor me fuistes creando.
Hay un cierto egoísmo en lo que escribo, siempre quejándome del calor, el hambre o el dolor que siento, pero es terriblemente importante tener autentificado lo que escribo porque ha sido vivido.
Y acaso, náufrago indeciso, querrías compartir mi tempestad, en este universo donde el calor y la furia de mis besos, te dejaran -apenas-, sensación, olor, quietud de olvido...