Frases de habitos
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La vida no es más que un tejido de hábitos.
Adquirir desde jóvenes tales o cuales hábitos no tiene poca importancia: tiene una importancia absoluta.
Cultiva solo aquellos hábitos que quisieras que dominaran tu vida.
Los malos hábitos es más fácil romperlos que enmendarlos.
Cuando llegamos a viejos los pequeños hábitos se vuelven grandes tiranías.
Respirar es un hábito. La vida es un hábito o, mejor dicho, una sucesión de hábitos, ya que un individuo es una sucesión de individuos.
Las enseñanzas orales deben acomodarse a los hábitos de los oyentes.
Soy la misma persona que era antes de recibir el Premio Nobel. Trabajo con la misma regularidad, no he modificado mis hábitos, tengo los mismos amigos
Nunca podría haber hecho lo que he hecho sin los hábitos de puntualidad, orden y diligencia, sin la determinación de concentrarme en un tema a la vez.
Mucha gente piensa, o por lo menos siente, que el que no tiene sus hábitos y sus entusiasmos es un enemigo. A mí me parece lógica la intransigencia tratándose de ideas esenciales.
La enseñanza de las buenas costumbres o hábitos sociales es tan esencial como la instrucción.
El espíritu del individuo esta determinado por sus hábitos dominantes de pensamiento.
Uno de los hábitos más peligrosos de los hombres políticos mediocres es prometer lo que saben que no pueden cumplir
Un hombre es tanto menos libre e independiente, cuantos más hábitos tiene.
Pero, hombre, si no estoy ciego, tengo vista normal y hábitos normales
Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras. Cuida tus palabras, porque se convertirán en tus actos. Cuida tus actos, porque convertirán en tus hábitos. Cuida tus hábitos, porqu...
Ocupamos el templo con el dios Mercado, él nos organiza la economía, la política, los hábitos, la vida y hasta nos financia en cuotas de tarjeta la apariencia de felicidad.
El hombre es descendiente de un cuadrúpedo peludo, con cola, probablemente arbóreo en sus hábitos
No debe tolerarse que se formen malos hábitos.
Los hábitos son una segunda naturaleza que destruye a la primera.
Primero hacemos nuestros hábitos y luego nuestros hábitos nos hacen a nosotros.
El alma humana es el campo virgen que, mediante la ocupación y el aprendizaje, se cultiva y adquiere unos hábitos que se sobreañaden a su naturaleza.
En estas circunstancias existe un deber contra el cual se rebelan en el fondo mis hábitos y aún más el orgullo de mis instintos, a saber, el deber de decir: ¡Escuchadme, pues yo soy tal y tal. ¡S...
Dado que las verdaderas virtudes no son más que hábitos, me atrevo a decir que los verdaderos virtuosos son aquellos que las practican sin el menor esfuerzo. Estos no tienen en absoluto la idea de l...
Fácilmente se contraen hábitos de lujo y difícil se hace después prescindir de ellos, cuando se han convertido en necesidad
Los hábitos son la corrupción de nuestra naturaleza.
Las malas compañías echan a perder los hábitos útiles.
Las personas exitosas desarrollan diariamente hábitos positivos que les ayudan a crecer y a aprender.
Las acciones que repites una y otra ves se vuelven hábitos y después costumbres. Trata de que tus acciones estén siempre de acuerdo con tus metas.
Es más fácil prevenir los malos hábitos que terminarlos.
También elogiamos al sabio por su habito, y a los hábitos dignos de elogio los llamamos virtudes.
Un poeta que lee sus versos en público, puede tener otros hábitos desagradables.
Las diminutas cadenas de los hábitos son generalmente demasiado pequeñas para sentirlas, hasta que llegan a ser demasiado fuertes para romperlas.
¿dónde puedo encontrar un hombre gobernado por la razón y no por los hábitos y los deseos?.
Dejas atrás los viejos hábitos, comenzando con el pensamiento: 'Yo libero a la necesidad de esto en mi vida'.
Me gusta pensar que no soy una adicta, si no que tengo malos hábitos
Contraemos malos hábitos tanto para el estilo como para la escritura. Un espíritu demasiado tenso, un dedo demasiado contraído, perjudican la facilidad, la gracia, la belleza.
El Buda y los monjes y monjas de su tiempo tan solo poseían tres hábitos y un cuenco, pero eran felices porque tenían algo sumamente precioso: la libertad.
Los hábitos arraigados siguen de pie aun después de haber desaparecido las necesidades que los formaron.
Su patrimonio neto al mundo suele estar determinado por lo que queda después de sus malos hábitos se restan de los buenos.
