Frases para cuando llueve ( 8 )
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El verdadero valor consiste en prever todos los peligros y despreciarlos cuando llegan a hacerse inevitables.

Cuando nos vimos por primera vez, no hicimos sino recordarnos. Aunque te parezca absurdo, yo he llorado cuando tuve conciencia de mi amor hacia ti, por no haberte querido toda la vida.

¿Se dirá que los dioses cascan las nubes cuando las nubes son malditas por el trueno, se dirá que lloran cuando aúlla la atmósfera? ¿Serán los arcoíris el color de sus túnicas?.

¿Quién no sabe que en México seguimos al pie de la letra el precepto bíblico de alabar a los muertos? A los vivos los elogiamos cuando pueden darnos algo.

Tú verás que los males de los hombres son fruto de su elección; y que la fuente del bien la buscan lejos, cuando la llevan dentro de su corazón.

Los que no resuelven vacilan antes de ocupar los sitios vacantes, y se consumen en pesares cuando ven a otros más resueltos que se sientan en ellos.

Si no esperas lo inesperado no lo reconocerás cuando llegue.

Es fácil hacerse admirar cuando se permanece inaccesible.

¡Oh, cuán extemporáneo es comenzar a vivir cuando se ha de dejar de vivir!

Cuando una puerta se cierra, cientos se abren.

Pido pues a mi orgullo que siempre vaya del brazo con mi cordura. Y cuando me abandone mi cordura, pues le gusta alzar el vuelo, que mi orgullo vuele siquiera del brazo con mi locura.

Cuando inclino la cabeza para esconder una lágrima, estoy viviendo y muriendo lo que ordena la guitarra.

Tengo que aprender a caminar con tres patas dice la hiena cuando es vieja.

Cuando el cristianismo se convierte en instrumento del nacionalismo, queda herido en su corazón y se convierte en estéril.

Los seres humanos serán más felices cuando encuentren caminos para vivir como las antiguas comunidades primitivas. Esa es mi utopía.

Cuando fui con todos mis kilos de sonatas y sinfonías bajo el brazo y se los di, le dije: Maestra, éste es mi premio, lo recibí yo, en fin, aquí están mis obras.

Solo en la filosofía es donde cada pensador, cuando es original, determina no únicamente lo que quiere responder, sino lo que quiere preguntar para responder al concepto de filosofía.

Cuando uno dice que sabe lo que es la felicidad, se puede suponer que la ha perdido.

El gran estilo nace cuando lo bello obtiene la victoria sobre lo enorme.

Inteligencia es lo que usas cuando no sabes qué hacer.

A los hombres fuertes les pasa lo que a los barriletes; se elevan cuando es mayor el viento que se opone a su ascenso.

Cuando el gato está ausente, los ratones se divierten.

Cuando alguien dice estar de acuerdo, en principio, en hacer algo, quiere decir que no tiene la menor intención de hacerlo.

Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana.

Cuando nuestras actitudes superan nuestras habilidades, aún lo imposible se hace posible.

No se sabe quien goza más; si la mujer cuando se casa o el hombre cuando enviuda.

Cuando mejor es uno, tanto más difícilmente llega a sospechar de la maldad de los otros.

El aburrimiento es lo que queda de los pensamientos cuando las pasiones son eliminadas de ellos.

Nunca son tan fuertes las mujeres como cuando se arman de la propia debilidad.

Cuando el dolor es insoportable, nos destruye; cuando no nos destruye, es que es soportable.

El colmo de la infelicidad es temer algo, cuando ya nada se espera.

Cuando viajo por Europa paso bastante tiempo en la habitación del hotel, repasando la cultura local a través de los programas de televisión.

Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto.

Con el dinero sucede lo mismo que con el papel higiénico; cuando se necesita, se necesita urgentemente.

Cuando se exagera un sentimiento, desaparece la capacidad de razonar.

Cuando he estado trabajando todo el día, un buen atardecer me sale al encuentro.

Cuando el delito se multiplica, nadie quiere verlo.

Desventurado el hombre que no tiene quien le amoneste cuando tiene necesidad de ello.

Después de saber cuándo debemos aprovechar una oportunidad, lo más importante es saber cuándo debemos renunciar a una ventaja.

No le temo a la muerte, solo que no me gustaría estar allí cuando suceda.