Frases para las roba maridos. Encuentra docenas de frases para las roba maridos con fotos para copiar y compartir.
Los hombres casados son horriblemente aburridos cuando son buenos maridos, e insoportablemente presumidos cuando no lo son.
El fuero para el gran ladrón, la cárcel para el que roba un pan.
Conozco a centenares de maridos que serían felices de volver al hogar si no hubiese una esposa esperándoles.
Sean buenas cocineras porque a los maridos hay que asirlos por la boca.
El ochenta por ciento de los maridos son infieles en América. El resto lo son en Europa.
Si no fuera por el matrimonio, algunos maridos no tendrían nada en común con sus esposas.
El que roba a un ladrón tiene cien años de perdón
Las mujeres feas son celosas de sus maridos. Las bonitas no tiene tiempo, ¡están siempre tan ocupadas en estar celosas de los maridos de los demás...!
La naturaleza ha preparado mejor a las mujeres para ser madres y esposas que a los hombres para ser padres y maridos. Los hombres tienen que improvisar.
Hay mujeres que quieren tanto a sus maridos que, para no usarlos, toman el de sus amigas.
Todo lo que se come sin necesidad se roba al estómago de los pobres.
Yo creo en las familias numerosas: toda mujer debería tener al menos tres maridos.
Los maridos no son nunca amantes tan maravillosos como cuando están traicionando a su mujer.
... ¡el amor puede mendigarse, comprarse, darse, recogerse en la calle, pero no se roba!
Hay pocas mujeres tan perfectas que no hagan arrepentirse a sus maridos de haberse casado, por lo menos una vez al día.
Mucha buena gente que sería incapaz de robarnos el dinero, nos roba sin escrúpulo alguno el tiempo que necesitamos para ganarlo.
Si en este reino roba un pobre va a prisión ladrón incomodo. Y si lo hace un rico le llaman cleptómano y se va al psicólogo
El ladrón le roba al banco y el banco te roba a ti
Se puede reconocer siempre a las mujeres que tienen confianza en sus maridos: ¡parecen tan profundamente desdichadas!
¿Quién roba más que nuestros financieros?
Los maridos son estupendos como amantes cuando engañan a sus mujeres
Una sociedad que roba a un individuo el producto de su esfuerzo... no es estrictamente hablando una sociedad, sino una revuelta mantenida por violencia institucionalizada
Perdono al que roba y al que mata, pero al que traiciona, nunca
Si alguien roba comida y después da la vida, ¿qué hacer?¿Hasta dónde debemos practicar las verdades?
En el comercio y en la industria todo el mundo roba. Yo mismo he robado bastante. Pero yo sé cómo robar.
Todo pasa, menos la adúltera. En los bares y en los velatorios, en la esquina y en las farmacias, hay siempre alguien hablando de las señoras que traicionan a sus maridos. El amor exitoso no interes...
Los reyes se parecen a los maridos traicionados: nunca saben lo que ocurre
...el odio nace cuando el príncipe roba y usurpa los bienes y las mujeres de sus súbditos, de lo cual tiene que abstenerse...
Las mujeres pueden adornarse lícitamente para conservar la elegancia de su estado, e incluso añadir algo para agradar a sus maridos
No hay peor malhechor que el que roba a los pobres
Los reyes son como los maridos engañados; siempre son los últimos en saber el mal papel que les hacen desempeñar sus consejeros.
Un artista copia, un gran artista roba.
Los hombres cuando son buenos maridos son atrozmente aburridos, y cuando no lo son, resultan de una vanidad abominable
Un padre puede darle la espalda a su hijo, hermanos y hermanas pueden convertirse en inveterados enemigos, los maridos pueden abandonar a sus esposas, pero el amor de una madre dura para siempre.
Conozco a centenares de maridos que volverían felices al hogar si no hubiera una esposa que les esperara. Quiten a las esposas del matrimonio y no habrá ningún divorcio.
Hay mujeres que no saben cocinar, sin embargo, tienen fritos a sus maridos.
El avaro se roba a sí mismo. El pródigo, a sus herederos.
Hay maridos tan injustos que exigen de sus mujeres una fidelidad que ellos mismos violan, se parecen a los generales que huyen cobardemente del enemigo, quienes sin embargo, quieren que sus soldados s...
El ladrón no roba jamás una campana.
La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente.