Nietzsche codicia ( 3 )
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Todos los pozos profundos viven con lentitud sus experiencias: tienen que esperar largo tiempo hasta saber qué fue lo que cayó en su profundidad.

Cuando me encuentro con una criatura, encuentro la voluntad del poder.

El hombre sufre tan terriblemente en el mundo que se ha visto obligado a inventar la risa.

Cuando trates con una mujer no olvides el látigo.

La guerra vuelve estúpido al vencedor y rencoroso al vencido.

Todo lo que se hace por amor, se hace más allá del bien y del mal.

Todo el que disfruta cree que lo que importa del árbol es el fruto, cuando en realidad es la semilla. He aquí la diferencia entre los que creen y los que disfrutan.

Olvida uno su falta después de haberla confesado a otro, pero normalmente el otro no la olvida.

Cómo podrías renacer sin antes haber quedado reducido a ceniza.

No pocas veces ya he dicho adiós; conozco las horas desgarradoras de la despedida.
¿De dónde surgen las pasiones repentinas de un varón por una mujer, las pasiones hondas, entrañables? de lo que menos, de la sola sensualidad; pero cuando el varón halla juntos en una sóla criat...

No se odia mientras se menosprecia. No se odia más que al igual o al superior.

Toda convicción es una cárcel.

Siempre habíais sido lo más caro a mi corazón, mi posesión y mi obsesión; por eso tuvisteis que morir prematuramente.

Fe: no querer saber la verdad.
La persona que tiene mucha alegría es necesariamente buena: pero tal vez no sea la más lista, aunque consigue precisamente aquello que la más lista trata de conseguir con toda su listeza.

Dos cosas quiere el hombre de verdad: el peligro y el juego. Por eso quiere la mujer, que es el juguete más peligroso.

¿quieres ser rico? pues no te afanes en aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia.

Más dañosa es la abundancia que viene sobre gran codicia.

La ciudad de Nueva York es un gran monumento al poder del dinero y la codicia... una carrera en pos de la renta.

La codicia arraiga hondo y crece con raíces más perversas que la lujuria, flor de verano.

Tres cosas hay destructivas en la vida: la ira, la codicia y la excesiva estima de uno mismo.

El origen de todos los males es la codicia.

Hay suficiente en el mundo para cubrir las necesidades de todos los hombres, pero no para satisfacer su codicia.

La codicia y la riqueza se reparten el poder en nuestra sociedad, y ese poder es utilizado a su vez para aumentar y concentrar más riqueza y poder en manos de unos pocos.

Quien hace altar de la ganancia pierde la condición, la latitud, el puesto y pierde amor, pues la codicia muerde, jamás en yo y siempre allá en el resto
Las leyes y las constituciones que por la violencia gobiernan a los pueblos son falsas. No son hijas del estudio y del común asenso de los hombres. Son hijas de una minoría bárbara, que se apoderó...

Nietzsche era muy inteligente. Así soy yo. La versión negra del Nietzsche jugador de baloncesto.

No hay cosa tan lejana de las letras como la codicia y preocupación por el dinero.

Para la codicia nada es sagrada. Si el Ave Fénix cayerá en sus manos, se la comiera o la vendiera.
Si un individuo posee la base espiritual necesaria, no se dejará vencer por la tentación tecnológica y la locura de poseer. Sabrá encontrar el justo equilibrio, sin pedir demasiado. El peligro con...
Celestino se queda perplejo, sin saber qué hacer. Piensa romperle un sifón en la cabeza, por fresco, pero se acuerda: Entregarse a la ira ciega es señal de que se está cerca de la animalidad. Quit...

Eso había acabado por decidir la línea de acción, la pura codicia de poseerla.

No hace la codicia que suceda lo que queremos, ni el temor que no suceda lo que recelamos.

Me temo que Nietzsche fue destruido porque fue anegado por lo anticuado.

Hay dos emociones que siempre controlan la vida de la gente: el miedo y la codicia.

La codicia trae consigo voluntad determinada de hacer el mal.

Virtualmente todas las organizaciones que conoces funcionan esencialmente gracias a tu codicia.

Cuando se recompensa la codicia humana, ésta se convierte en un poderoso inductor de corrupción.

Recuerden que los microbios son, junto con la desordenada codicia de los vienes ajenos, el gran motor de la Historia.