Obras literarias de emilio rabasa. Encuentra docenas de obras literarias de emilio rabasa con fotos para copiar y compartir.
El verdadero héroe de algunas obras literarias es el lector que las aguanta.
Discutir la naturaleza y la significación de la experimentación estética sería demasiado largo. Basta aquí con sugerir que las mejores obras de arte, sean literarias, plásticas o musicales, nos ...
Digámoslo desde el principio: no hay gran literatura erótica, lo que hay es erotismo en grandes obras literarias.
Pero todas las obras literarias, salvo que salgan de la pluma de un escritor mediocre. tienen una impronta personal, subjetiva
Es cierto que todo ser humano necesita diversiones, sobre todo para sobrellevar el tedio de la vida de provincias. Por ello deben dedicarse a entretenimientos de naturaleza intelectual tales como la p...
Las obras literarias nos invitan a la libertad de interpretación, ya que nos ofrecen diversos caminos y nos ponen de cara a la ambigüedad de la vida.
Interpretación literaria es el nombre que los moralistas dan a su deseo de dominar el sentido público de las obras literarias, es decir, su interpretación personal, gremial y fundamentalista de la ...
El amor y la fe en las obras se ve.
El agradecimiento que solo consiste en el deseo, es cosa muerta, como es muerta la fe sin obras.
Las obras no se acaban, se abandonan.
La obras de arte se dividen en dos categorías: las que me gustan y las que no me gustan. No conozco ningún otro criterio.
Los hombres pasan, los recuerdos quedan, como quedan las obras de los que algo hacen.
El escritor solo puede interesar a la humanidad cuando en sus obras se interesa por la humanidad.
Es gran bien tener deseos, ya que no pueden ser grandes las obras.
Vivimos de nuestros deseos más que de nuestras obras.
Todas las artes han producido obras maestras. El arte de gobernar solo ha producido monstruos.
El aumento en los divorcios se debe al uso de las camas individuales.
Lo ideal, sentido con profundidad y expresado con belleza: he ahí el arte.
Procuro no tener demasiada pasión. La pasión es dejarse ir, transformarse en un sujeto pasivo.
Desde mi juventud me ha perturbado la de las obras literarias que sobrevivieron a su propia época, tantos que es objeto de histórica en lugar de temas contemporáneos.
Tengamos tan solo paciencia, vendrá, tiene que venir, el tiempo sagrado de la paz perpetua, en que la nueva Jerusalén será la capital del mundo; y hasta entonces sean alegres y animosos en los peli...
Es funesto que nos acostumbremos a reconocer como ejemplos de sana belleza algunas obras clásicas, que acaso son objetivamente muy valiosas, pero que no causan deleite.
Todas la obras de arte deben empezar. . . Por el final.
El infierno está lleno de buenos deseos y el cielo de buenas obras.
A picasso, hasta los que le detestan, le soportan, porque nunca usa el talento. Solo usa el genio. Sus obras nunca son pensamientos. Son actos.
Que cada hombre construya su propia catedral. ¿Para qué vivir de obras de arte ajenas y antiguas?.
Las obras maestras del arte tienen a los ricos por esposos, pero a los pobres por amantes.
Es más santo y reverente creer en las obras de Dios, que profundizar en ellas.
Aunque los hombres se vanaglorian de sus grandes obras, frecuentemente no son estas el resultado de un noble propósito, sino efecto del azar.
¿Pero qué es la vida de un literato o de un hombre de ciencia, y donde hallaremos su historia? en sus obras.
La regeneración en el cine es tan importante como mudar el aire de los pulmones, cambiar los números de un circo o las obras de un museo.
Los cristianos no fallamos por falta de principios, sino por falta de obras.
Las ideas separan y no dejan ver las obras de cada uno.
El mayor artista es aquel que en la suma de sus obras ha incorporado el mayor número de sus mejores ideas.
Las obras se tienen medio terminadas cuando se han comenzado bien.
Vanidad de creer que comprendemos las obras del tiempo: él entierra sus muertos y guarda las llaves. Solo en sueños, en la poesía, en el juego -encender una vela, andar con ella por el corredor- no...
Las mujeres son como las obras de arte modernas. Si tratas de entenderlas, no podrás disfrutarlas.
La virtud de un hombre no debe medirse por su esfuerza, sino por sus obras cotidianas.
Dos son las obras que dejan en pos de sí los hombres: una la obra en sí misma y otra, la imagen que del hombre se forman los demás.
El único autógrafo digno de un hombre es el que deja escrito con sus obras.