Odiar
Odiar. Encuentra docenas de odiar con fotos para copiar y compartir.
Odiar a alguien es otorgarle demasiada importancia.
no puedes odiar sin antes haber amado con pasión.
Para comprender, me destruí. Comprender es olvidarse de amar. No conozco nada más al mismo tiempo falso y significativo que aquel dicho de Leonardo da Vinci de que no se puede amar u odiar una cosa ...
Nada que un hombre haga lo envilece más que el permitirse caer tan bajo como para odiar a alguien.
Solo el virtuoso es competente para amar u odiar a los hombres.
HOY No tengo tiempo de Odiar a los que me Odian porque estoy Muy ocupado Amando a los que me Aman
Odiar es un despilfarro del corazón, y el corazón es nuestro mayor tesoro.
Mortal, podrás odiar, pero ¡Ten cuidado! Pasarás tus horas preso de terror y tristeza, y pronto caerá sobre ti el golpe que te ha de robar para siempre la felicidad.
En una sociedad basada en la explotación y la servidumbre, la naturaleza humana se degrada. Pero a medida que la servidumbre vaya desapareciendo, volveremos a posesionarnos de nuestros derechos; sent...
Cuando te enfermes, en lugar de odiar ese mal, considéralo tu maestro
Es preferible morir a odiar y temer: es preferible morir dos veces a hacerse odiar y temer.
Cuando se busca tanto el modo de hacerse temer se encuentra siempre primero el de hacerse odiar.
Odiar a la gente por su color es erróneo. Y no importa de qué color sea el odio. Es simplemente incorrecto.
Intenta no ocupar tu vida en odiar y tener miedo.
El odio tiene su cristalización; en cuanto uno puede esperar vengarse, vuelve a empezar a odiar
Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión. La gente tiene que aprender a odiar, y si ellos pueden aprender a odiar, también se les puede enseñar a amar, ...
Enamorarse no es amar. Puede uno estar enamorado y odiar a la persona de quien lo está
Conque, ¿es anti-español el Euzkera? Es la primera vez que lo oímos de labios maketos. ¡Ya lo sabéis, euzkaldunes, para amar el Euzkera tenéis que odiar a España! Así lo pensábamos nosotros; ...
Deben odiar el pecado y amar al pecador
'Ni amar ni odiar': esta regla encierra la mitad de la sabiduría.
Siempre he sabido que en el fondo del corazón de todos los seres humanos hay misericordia y generosidad. Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, su procedencia o su religión. El o...
Pero enamorarse no significa amar. Uno puede enamorarse sin dejar de odiar. ¡Tenlo presente!
El 2015 será mi año. Sé que los de la división peso pluma solo se quejan, y no tienen que estar de acuerdo. De hecho, pueden odiar esa realidad, ¿pero serán obligados a aceptarla!.
Desde el momento en que uno no puede esperar vengarse, comienza a odiar.
El odio no se acaba por el hecho de odiar en alguna ocasión. Se acaba por medio del amor. Esta es una ley inalterable.
¡Qué triste era amar y odiar al mismo tiempo!
No renunciamos a nuestra facultad de amar lo que nos parezca malo. Amar y odiar, pues solo los que saben odiar saben amar. Solo pedimos una cosa: eliminar todo lo que en la sociedad actual impide el l...
Es la función de todo comandante aquella de hacerse odiar por sus soldados, para que cuando acometan una orden en batalla la ejecuten con todo ese odio que reservan para ti, el odio extremo que les l...
Odiar a alguien es sentir irritación por su simple existencia.
En cierto modo llegué a odiar mi belleza muy a menudo. Ahora que el tiempo se la ha llevado me proporciona casi un alivio. No me importa envejecer, pero me asusta ser olvidada y volver al anonimato.
Odiar es un talento que se aprende con los años
Amar la disciplina es amar el saber; odiar a la represión es ser ignorante.
Procura no emplear el tesoro de tu vida en odiar ni en temer.
Es un principio de la naturaleza humana odiar a quienes nos han injuriado
Es propio del espíritu humano odiar a quien se ha herido
Cuando uno busca tan extremadamente los medios de hacerse temer, encuentra antes siempre el medio de hacerse odiar
No sé cuál es la costumbre inglesa, pero los irlandeses acostumbramos a odiar a los criminales.
Es imposible amar algo ni odiar algo, sin empezar por conocerlo.
El vino se parece al hombre: nunca se sabe hasta qué punto se le puede apreciar o despreciar, amar u odiar; ni cuantos actos sublimes o crímenes monstruosos es capaz de realizar. No seamos, entonces...
El diablo se viste algunas veces de serias razones para odiar.
