El pueblo tiene el gobernante que se merece ( 2 )
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La mujer actual tiene una obsesion por ser igual que el hombre, y no se por que, si el hombre es un pobre diablo desorientado.
Si un hermoso cuerpo no tiene una hermosa alma, parece mas bien un ídolo que un cuerpo humano.
El gobernante que pretende encauzar a su país hacia la democracia tiene que empezar por ser un verdadero demócrata, y demostrarlo tolerando la oposición, por más cruda que se ejerza en el mitin, e...
Si el gobernante se impone por sus cualidades y mantiene el orden en armonía con las buenas costumbres, el pueblo sentirá vergüenza de actuar mal y avanzará por el camino de la virtud.
El Piano de Genoveva
Piano llorón de Genoveva, doliente piano
que en tus teclas resumes de la vida el arcano;
piano llorón, tus teclas son blancas y son negras,
como mis días negros, como mis blan...
Para encadenarlo (al pueblo) es preciso aparentar que se llevan las mismas cadenas que él.
Socave la idea del estado, ponga en su lugar la acción espontánea y la idea de que el parentesco espiritual es la única condición para la unidad y lanzará usted los elementos de una libertad que ...
El hombre tiene corazón, aunque no siga sus dictados.
¿Por qué no tener confianza en la justicia del pueblo? ¿Hay en el mundo esperanza mejor o que pueda igualarla?
El pensamiento, cuanto más puro, tiene su número, su medida, su música.
Darse no tiene sentido más que si uno se posee.
También el tonto tiene a veces inteligentes pensamientos, solo que no se entera.
Juventud no es la del que tiene veinte años. Joven es aquel que se conmueve ante cualquier injusticia en el mundo.
El sufrir merece respeto, el someterse es despreciable.
Existen verdades que pueden matar a un pueblo.
Es una verdad indiscutible que el conjunto del pueblo de cada país desea sinceramente su prosperidad; pero es igualmente irrefutable que no posee el descernimiento y la estabilidad necesarios para un...
Se afirma el pueblo que honra a sus héroes.
Quien discute sobre si se puede matar a la propia madre no merece argumentos sino azotes.
El pueblo comprende más pronto el lenguaje de las pasiones que el de la razón.
Engrandecerás a tu pueblo, no elevando los tejados de sus viviendas, sino las almas de sus habitantes.
El que hace reír a sus compañeros merece el paraíso.
Los privilegios acabarán, pero el pueblo es eterno.
El pueblo es aquella parte del Estado que no sabe lo que quiere.
La fama de algunos coetaneos tiene mucho que ver con la tontería de sus admiradores.
La tontería es infinitamente mas fascinante que la inteligencia. La inteligencia tiene un límite, la tontería no.
La mente siempre tiene razón, mientras que el apetito y la imaginación pueden equivocarse.
Cuando mi marido se retrasa para la cena, se que o tiene una amante o está tirado, muerto en plena calle. Siempre espero que sea lo de la calle.
La ley suprema es el bien del pueblo.
El pueblo es una fiera de múltiples cabezas.
Un hombre feliz es aquel que durante el día, por su trabajo, y a la noche, por su cansancio, no tiene tiempo de pensar en sus cosas.
Todos los Estados bien gobernados y todos los príncipes inteligentes han tenido cuidado de no reducir a la nobleza a la desesperación, ni al pueblo al descontento.
Lamentar las rejas de la cárcel una vez cumplida la condena no tiene ningún sentido.
Afortunado es el hombre que tiene tiempo para esperar.
Solamente una vida dedicada a los demás merece ser vivida
La izquierda tiene su ala derecha, la derecha su ala izquierda. oigo murmullo de alas, pero se que ningún pájaro se elevará por los aires.
El hombre que se ríe de todo es que todo lo desprecia. La mujer que se ríe de todo es que sabe que tiene una dentadura bonita.
Ser rico solo tiene una desgracia: tener que convivir con otros ricos.
El agnosticismo simplemente significa que una persona no dirá que sabe o cree aquello para lo que no tiene bases para sostener que cree.
La única técnica que merece la pena dominar es la que uno mismo inventa.
Cuando se tiene cierta moral de combate, de poder, hace falta muy poco para dejarse llevar, para pasar a la embriaguez, al exceso.
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