Frases-de-reconocimiento ( 55 )
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Lo mejor es salir de la vida como de una fiesta, ni sediento ni bebido.
Qué pequeña es la luz de los faros de quien sueña con la libertad.
La necesidad nunca hizo buenos negocios.
No hagas el mal y no existirá.
Un amor que razona, que contrata su ensueño, inevitablemente será un amor pequeño.
A veces, mejor que combatir o querer salir de una desgracia, es probar de ser feliz dentro de ella, aceptándola.
Vive tu vida de modo que siempre que pierdas, sigas adelante.
El miedo es natural en el prudente, y el vencerlo es lo valiente.
Madre, te bendigo porque supiste hacer de tu hijo un hombre real y enteramente humano.
La mitad de la alegría reside en hablar de ella.
La primera igualdad es la equidad.
A menudo encontramos nuestro destino por los caminos que tomamos para evitarlo.
Solo hay felicidad donde hay virtud y esfuerzo serio, pues la vida no es un juego.
La sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz.
Tal vez algún día dejen a los jóvenes inventar su propia juventud.
y siento celos al pensar que un día, alguien, que no te ha visto todavía, verá tus ojos por primera vez
El hombre solitario es una bestia o un dios.
El arte es el placer de un espíritu que penetra en la naturaleza y descubre que también ésta tiene alma.
No camines delante de mí, puede que no te siga. No camines detrás de mí, puede que no te guíe. Camina junto a mí y sé mi amigo.
Al estar enamorados de una mujer, simplemente proyectamos en ella un estado de nuestra mente; por consiguiente, lo importante no es el valor de la mujer, sino la profundidad del estado.
¡Ay, qué amante es la rosa y qué amada la espina!.
Lo admirable es que el hombre siga luchando y creando belleza en medio de un mundo bárbaro y hostil.
Nuestro gran error es intentar obtener de cada uno en particular las virtudes que no tiene, y desdeñar el cultivo de las que posee.
El que tiene imaginación, con qué facilidad saca de la nada un mundo.
A quien procede con honradez, nada debe alterarle. He hecho cuanto he podido y jamás he faltado a mi palabra.
Las mujeres necesitamos la belleza para que los hombres nos amen, y la estupidez para que nosotras amemos a los hombres.
No puedo creer que me condecoren. Yo creía que era necesario conducir tanques y ganar guerras.
En cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de hombre, ninguna tiranía puede dominarle.
Solo triunfa en el mundo quien se levanta y busca a las circunstancias y las crea si no las encuentra.
Una verdad insuficiente resulta eficaz por una temporada, pero luego, en vez de una elucidación completa, se presenta de pronto algún error deslumbrante. Este le basta al mundo, y el engaño se mant...
En política solo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela.
Nadie es patria. Todos lo somos.
El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional.
Quienes dicen que el arte no debe propagar doctrinas suelen referirse a doctrinas contrarias a las suyas.
De las cosas que tienes, escoge las mejores y después medita cuán afanosamente las hubieras buscado si no las tuvieras.
La cobardía es la madre de la crueldad.
No son buenos los extremos aunque sea en la virtud.
Nuestra envidia dura siempre más que la dicha de aquellos que envidiamos.
El placer que acompaña al trabajo pone en olvido a la fatiga.
El tema de la envidia es muy español. Los españoles siempre están pensando en la envidia. Para decir que algo es bueno dicen: "Es envidiable".
