Frases de lujuria y deseo ( 6 )
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Uno, con la edad, se libra del deseo de hacer las cosas como los demás y hace tranquilamente y sin miedo lo que le parece a él.
Eres como una espada de excelente temple, oculta en la oscuridad de la vaina, y cuyo valor es desconocido para el artífice. Por tanto, sal de la vaina del yo y del deseo, para que tu valor se haga ma...

Todo ser humano tiene el deseo de mejorar
Yo les dejo mi corazón y les digo que estoy segura, como es mi deseo, que pronto estaré en la lucha, con más fuerza y más amor, para luchar por este pueblo al que tanto amo, como lo amo a Perón

Solo deseo que alguien trate de hacerte daño, así podría matarle por ti

Tengo el decir enfermo de una niebla lejana, oh Dios, y se me torna de humo la palabra. Yo la deseo límpida... Yo la ambiciono diáfana...

Si hubiera podido pedir un deseo, aparte de que me rescataran, hubiera pedido un libro. Un libro largo que contara una historia interminable.

Pues cuando el deseo se combina con la razón, en lugar de desear, razonamos. En ese supuesto, resultará paradójico conservar la razón y desear algo insensato, es decir, nocivo.

Yo llevaba en el corazón el deseo de hacer el bien, y nada más.

En el fondo, la parodia, solo disfraza el deseo enorme de ponerse a llorar.

Solo se siente culpable quien cedió en su deseo.

Maravilla es el deseo del conocimiento
No quiero yo alas ni alones, ni andar entre ángeles sosos que tocan el arpa. Déjenme a mí de arpas y acordeones y de fulgores celestes. Venga mi vida mortal, y salud y amor, y todo lo que deseo.
Y cuando durante todo ese tiempo se piensa que los demás van al placer sin deseo, se piensa en ¡cuánto darían ellos por sentir hasta el más leve escalofrío de fiebre, y que uno de ese temblor mu...

-¿Quién sabe si yo deseo ser leído hoy?

... la felicidad es el deseo de repetir.

Ningún vestido le sienta peor a una mujer que el deseo de ser sabia

El amor es un maldito fastidio, especialmente cuando también está unido a la lujuria.

El estado de ardor venéreo nos atormenta, el de deseo satisfecho nos entristece, más lo que nos contenta es el tránsito de un estado al otro.

¿Quieres amar? Recita las letanías del amor y las palabras crearán el deseo ardiente de donde se imagina el mundo que brotan.

Si el lenguaje es otra piel, toquémonos más con mensajes de deseo.

El deseo nunca se satisface del todo.

Cuando la noche de humo, de polvo y de ceniza envuelve la ciudad, los hombres quedan suspensos un instante, porque ha nacido en ellos, con la noche, el deseo.

Vuestra aprehensión convierte en verdaderas las ilusiones, que al deseo incitan, y el ánimo seducen placenteras

La existencia es esfuerzo, es deseo, es dolor
La guerra no es una ley natural, ni siquiera una ley de la naturaleza humana. Existe porque los hombres así lo desean; y sabemos, así nos lo enseña la historia, que la intensidad de ese deseo ha va...

Me dejo seducir por el infierno, por el deseo perverso de saber hasta dónde puede arrastrar el corazón al cuerpo.

Personalmente entiendo el amor como el deseo casi desesperado de que alguien perdure, a pesar de sus deficiencias y de su vulnerabilidad

Creo en el poder del deseo respaldado por la fe, porque he visto cómo ese poder elevaba a hombres desde comienzos humildes a posiciones de poder y riqueza

El deseo de morir era la único que me importaba; por ello he sacrificado todo, aún la muerte

Que el hastío de tu anochecer no reclame más que lo que pudo ganar el deseo de tu mañana

Nada graba tan fijamente en nuestra memoria alguna cosa como el deseo de olvidarla.

Aquel que es Vuestro Señor, el Todomisericordioso, abriga el deseo en Su corazón de contemplar a toda la raza humana como a una sola alma y un solo cuerpo.
Los pensamientos son cosas, cosas muy poderosas cuando se combinan con la exactitud del propósito, la perseverancia y un imperioso deseo de convertirlas en riqueza, o en otros objetos materiales

El deseo del hombre es el deseo del Otro.

Solo el amor hace condescender el goce al deseo.

El deseo vence al miedo, atropella inconvenientes y allana dificultades.

Del deseo surge el dolor; del deseo surge el miedo. Para aquel que está libre de deseo ni hay dolor ni mucho menos miedo.

La falta genera al deseo.
Se sintió orgulloso y feliz entonces: feliz de estar con ella, orgulloso de su gracia y su porte señorial. Pero ahora, después de reavivar tantos recuerdos, el primer contacto con su cuerpo, armoni...