Frases para decir adios para siempre ( 124 )
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Duda siempre de ti mismo, hasta que los datos no dejen lugar a dudas.
Tengo una ilusión: que mi obra se escuche en el 2020. Y en el 3000 también. A veces estoy seguro, porque la música que hago es diferente. Porque en 1955 empezó a morir un tipo de tango para que na...

El sabio en la virtud debe siempre hacer fundamento.

La gente que cesa de creer en dios o en la bondad todavía suele creer en el demonio. No sé por qué. O sí lo sé: la maldad es siempre posible, la bondad es una dificultad eterna.

Yo defendería la ley, aunque no fuera más que para protegerme de mi mismo.

Siempre he sentido que hay algo en Buenos Aires que me gusta. Me gusta tanto que no me gusta que le guste a otras personas. Es un amor así, celoso.

Hay un tiempo para ir de pesca y otro para secar las redes.

Siempre sueña y apunta más alto de lo que sabes que puedes lograr.

Una mujer al sol es todo mi deseo, viene del mar, desnuda, con los brazos en cruz y la flor de los labios abierta para el beso y en la piel refulgente el polen de la luz.
Creo que las mujeres sostienen el mundo en vilo, para que no se desbarate mientras los hombres tratan de empujar la historia. Al final, uno se pregunta cuál de las dos cosas será la menos sensata.

Hace falta un sol doble para alumbrar el fondo de la estupidez humana.

Joplin canta por la radio, seguro que con los ojos cerrados para ver mejor.
El mundo tiene suficiente comida. Lo que le falta es la voluntad política para asegurar que toda la gente tengan acceso a esta abundancia, que toda la gente disfrute de la seguridad alimentaria.

Solo una persona inepta rinde siempre al máximo de sus posibilidades.

Para vivir existen tres métodos: mendigar, robar o realizar algo.

La única educación eterna es esta: estar lo bastante seguro de una cosa para decírsela a un niño.
Quien se ha visto desde la cuna privado de lo humanamente más necesario es difícil exigirle la misma facilidad para comprender lo de la buena vida que a los que tuvieron mejor suerte. Si nadie te tr...

Primera muestra de una auténtica vocación política lo es, en todo tiempo, que un hombre renuncie desde el principio a exigir aquello que es inalcanzable para él.

Las armas son instrumentos de desgracia, no son instrumentos para el rey.

Solo a los reyes y a los criados -es decir a los dos extremos de la sociedad- se los llama por su nombre propio.

Las pasiones son como los vientos, que son necesarios para dar movimiento a todo, aunque a menudo sean causa de huracanes.

El intelectual para quien la definición sustituye a la comprensión, es despreciable.

Todos poseemos suficiente fortaleza para soportar la desdicha ajena.

Las nuevas opiniones siempre son puestas en juicio y encuentran oposición, generalmente, sin ninguna otra razón que la de ser nuevas.

Nadie podrá decir que un nido calentito y dichoso dará de sí muy grandes personas. La inadaptación a lo imperfecto es lo que mejora al hombre.

El silencio es el partido más seguro para el que desconfía de sí mismo.

Hay quienes requieren un poema para saberse amados. Nosotros ya nos sabíamos amados y, sin embargo, allí estaba el poema.

Hay que estudiar mucho para saber poco.
Las masas perdieron su carácter poético con el cristianismo. No me hable usted de los tiempos modernos, a propósito de lo grandioso. No dan ni para satisfacer la imaginación de un folletinista de ...

El valor es siempre ambicioso de peligros.

La guerra es la obra de arte de los militares, la coronación de su formación, el broche dorado de su profesión. No han sido creados para brillar en la paz.

Me encerré en la soledad. Fue una clausura dura en la que vivía. Decían de mí que soy orgulloso. Pero no es verdad, me entendían mal. La soledad es para mí una condición del trabajo.

Los grandes espíritus son como las nubes: recogen para derramarse.

Nada hay, para el amor, como la tierra; ignoro si existe mejor sitio.

El trabajo es un título natural para la propiedad del fruto del mismo, y la legislación que no respete ese principio es intrínsecamente injusta.

No me interesa lo que se escriba sobre mí siempre y cuando no sea verdad.

La naturaleza tiene perfecciones para demostrar que es imagen de dios e imperfecciones para probar que solo es una imagen.

Su teoría es descabellada, pero no lo suficente para ser correcta.

La soberbia nunca baja de donde sube, porque siempre cae de donde subió.

Los tristes tienen dos motivos para estarlo.