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¡Porque así debe ser! Estrenémonos a morir a la sombra de las flores.
Las espinas de la vida se trocarán en flores para toda la eternidad.
Me falta el jarro de flores olorosas de tu corazón.
¿Te has inclinado a veces para tocar la tierra donde el musgo defiende las flores más pequeñas?.
Me lavo los pies El agua sale de la cubeta ¡Cómo la primavera!.
¿Sabemos qué sería una humanidad que no conociera las flores?.
La campana para de sonar. El eco de las flores perfuma la noche.
El mar en primavera Se levanta y cae A lo largo del día.
Mientras haya en el mundo primavera, ¡habrá poesía!.
¡Oh!, si las flores duermen, qué dulcísimo sueño!.
Toda la primavera canta en mi corazón.
¿Es primavera?. La colina sin nombre se perdió en la neblina.
Nuestro canario se escapó un día de primavera llega a su fin.
Hay más cosas en el cielo y en la tierra, que todas las que pueda soñar tu filosofía.
Noche de primavera. De vela en vela transita la llama.
A la luz de la luna había flores y solo era un campo de algodon.
Las flores son para los muertos.
Fiesta de primavera. Desde el fondo del agua las plantas me llaman.
Sobre el excremento del caballo Las flores que cayeron del ciruelo rojo Parecen besarse.
En este primer amanecer de primavera incluso mi sombra está repleta de vigor.
Los esqueletos vestidos de seda contemplamos las flores.
En las lluvias de primavera Todo las cosas Son más bellas.
Aquí agua y allá agua. Las aguas de la primavera.
Las revoluciones las hacen los hombres de carne y hueso y no los santos y todas acaban por crear una nueva casta privilegiada.
Se va la primavera quejas de pájaros lágrimas en los ojos de los peces.
Mis pensamientos son montes, mares, selvas, bloques de sal cegadora, flores lentas.
El gato resbala en un rojo lago por las flores de cereza.
Van juntos platicando Un paraguas y un viejo abrigo En la lluvia de primavera.
Hallé lo más bello de las flores en las flores caídas.
La lluvia le dijo al viento: Empuja tú que yo azoto y tánto hirieron el soto que de las flores altivas, doblegadas pero vivas, yo sentía el sufrimiento.
La tierra es insultada y ofrece sus flores como respuesta.
Las más orgullosas naves temen del mar los furores, los tigres devoradores huyen del simún airado ¡y tú en mi pecho has dejado tan sin recelo tus flores!.
Flores pintadas, no huelen a nada.
A lo largo la mano corre por la barandilla del mirador. Los montes en primavera.
El sol nos habla por medio de la luz, con aroma y color lo hacen las flores, el aire con las nubes, nieve, y lluvia.
Entre los carriles de las vías del tren, crecen flores suicidas.
La primavera la sangre altera.
Nada más por hoy Debemos entrar a la primavera Nada más.
La historia es la suma total de todas aquellas cosas que hubieran podido evitarse.
Un cínico es un hombre que, en cuando huele flores, busca un ataúd alrededor.