Frases-de-reconocimiento ( 39 )
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Si tuviésemos suficiente voluntad casi siempre tendríamos medios suficientes.

Quien pierde su fe no puede perder más.

El deseo de parecer listo impide el llegar a serlo.

En la carrera por la calidad no hay línea de meta.

¡Oh legislador! No me des leyes para los pueblos, sino pueblos para las leyes.

Es imposible educar niños al por mayor; la escuela no puede ser el sustitutivo de la educación individual.

Si quiere trabajadores creativos, dales tiempo suficiente para jugar.

Todo lo que ocurre, desde lo más grande a lo más chico, ocurre necesariamente.

El hombre odia a quien le hace sentir su propia inferioridad.

El más libre de todos los hombres es aquel que puede ser libre dentro de la esclavitud.

El manantial desaprueba casi siempre el itinerario del río.

¿Quién osó luchar con los dioses, y quién con el Único? Es hermoso ser un discípulo de Homero, aunque sea el último.

La magnitud de las cantidades de dinero parece variar en modo notable según hayan de ser pagadas o cobradas.

Los caprichos pueden ser perdonados, pero es un crimen despertar una pasión duradera para satisfacer un capricho.

¿Qué soledad es más solitaria que la desconfianza?

El mejor olor, el del pan; el mejor sabor, el de la sal; el mejor amor, el de los niños.

La belleza es como la fruta estival: fácil de corromper y de corta duración.

Todo hombre tiene tres variedades de carácter: el que realmente tiene; el que aparenta, y el que cree tener.

El gusto está hecho de mil repulsiones.

El aconsejar es un oficio tan común que lo usan muchos y lo saben hacer muy pocos.

Pronto se arrepiente el que juzga apresuradamente.

Si tuviera dos caras. ¿Estaría usando ésta?

Jamás negociemos con miedo, pero jamás temamos negociar.

Mientras admiramos y exaltamos las facultades de la inteligencia humana, nos olvidamos de buscar sus verdaderos colaboradores.

El arte es seducción, no rapto.

Cuando el peligro parece ligero, deja de ser ligero.

Los hombres son más elocuentes que las mujeres, pero las mujeres poseen un mayor poder de persuasión.

El tiempo físico nos es extraño, mientras el tiempo interior es nosotros mismos.

La modestia es el complemento de la sabiduría.

El hombre es un animal no social, sino cordial, y la família es la forma menos imperfecta de la cordialidad humana.

Dicen que la historia se repite, lo cierto es que sus lecciones no se aprovechan.

No te damos una sierva, sino una compañera.

En lo concerniente a las grandes sumas, lo más recomendable es no confiar en nadie.

Pídeles consejos a los viejos y a los jóvenes, pero sigue tu propio sentido común.

Un hombre alegre es siempre amable.

El genio solo puede respirar libremente en una atmósfera de libertad.

Cuando gozamos de salud, fácilmente damos buenos consejos a los enfermos.

Como pretendes que otro guarde tu secreto si tú mismo, al confiárselo, no los has sabido guardar.

Juzgamos mejores que los placeres muchos dolores porque se consigue para nosotros un placer mayor.

Los perezosos siempre hablan de lo que piensan hacer, de lo que harán; los que de veras hacen algo no tienen tiempo de hablar ni de lo que hacen.