Frases-de-reconocimiento ( 72 )
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Nada tan estúpido como vencer; la verdadera gloria está en convencer.
Las modas son legítimas en las cosas menores, como el vestido. En el pensamiento y en el arte son abominables.
La desgracia descubre al alma luces que la prosperidad no llega a percibir.
Hay una manera de contribuir a la protección de la humanidad, y es no resignarse.
Nuestra imaginación nos agranda tanto el tiempo presente, que hacemos de la eternidad una nada, y de la nada una eternidad.
En realidad, la atracción o el afecto no son más que simpatía de la costumbre.
Señal de tener gastada la fama propia es cuidar de la infamia ajena.
En algún lugar del alma se extienden los desiertos de la pérdida, del dolor fermentado; oscuros páramos agazapados tras los parajes de los días.
Yo honro con el nombre de virtud a la costumbre de realizar acciones penosas y útiles a los demás.
Obra de modo que merezcas a tu propio juicio y a juicio de los demás la eternidad, que te hagas insustituible, que no merezcas morir.
El dolor es una mal que un remedio precipitado irrita.
Por mucho que un hombre valga, nunca tendrá un valor más alto que el de ser un hombre.
Hay que ser un artista para entender a otro. Los críticos de arte no se parecen mucho a los grandes pintores.
La rebeldía es la virtud original del hombre.
Nada es verdad, todo está permitido.
¿dices que nada se crea? no te importe, con el barro de la tierra, haz una copa para que beba tu hermano.
El tacto en la audacia es saber hasta dónde se puede ir demasiado lejos.
La venganza es el manjar más sabroso condimentado en el infierno.
El artista debe ser mezcla de niño, hombre y mujer.
Nuestra sociedad es masculina, y hasta que no entre en ella la mujer no será humana.
Ningún hombre aceptará un consejo, pero todos aceptarán dinero. De donde se deduce que el dinero vale más que el consejo.
Todos los hombres tienen una mujer en el pensamiento; los casados, además, tienen otra en casa.
El más irreprochable de los vicios es hacer el mal por necedad.
Hacer con soltura lo que es difícil a los demás, he ahí la señal del talento; hacer lo que es imposible al talento, he ahí el signo del genio.
La crítica literaria suele proceder de déficit de amor.
Vuestra alegría es vuestra tristeza sin máscara.
El hombre nace libre, responsable y sin excusas.
La guerra es una masacre entre gentes que no se conocen para provecho de gentes que sí se conocen pero no se masacran.
Para los vanidosos todos los demás hombres son admiradores.
En la venganza el más débil es siempre más feroz.
Mejor aplicar el llanto siempre que sea posible, como la medicina antigua aplicaba la sangría.
Los países libres son aquellos en los que son respetados los derechos del hombre y donde las leyes, por consiguiente, son justas.
Cuando el río suena, agua lleva.
La armonía total de este mundo está formada por una natural aglomeración de discordancias.
A un hombre solo le pido tres cosas: que sea guapo, implacable y estúpido.
La paciencia tiene más poder que la fuerza.
El ojo recibe de la belleza pintada el mismo placer que de la belleza real.
Vota al hombre que promete menos. Será el que menos te decepcione.
El hábito es el maestro más eficaz.
La catástrofe que tanto te preocupa, a menudo resulta ser menos horrible en la realidad, de lo que fue en tu imaginación.
