Frases de doble sentido groseras ( 15 )
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Todo lo que no es eterno está eternamente pasado de moda.
Para pedestal, no para sepulcro, se hizo la tierra, puesto que está tendida a nuestros pies.
Lo único bueno de equivocarse es la alegría que produce a los demás.
Todos los cementerios del mundo están llenos de gente que se consideraba imprescindible.
Quizá, el camino más directo para conquistar la fama sea el afirmar con seguridad y pertinencia y, por cuantos modos sea posible, el haberla conquistado.
La mayor desgracia es merecer la desgracia.
La medida más segura de toda fuerza es la resistencia que vence.
Los hombres suelen, si reciben un mal, escribirlo sobre el mármol; si un bien, en el polvo.
Muchas veces nace la enfermedad del mismo remedio.
Los hechos no dejan de existir solo porque sean ignorados.
Todo el mundo admite que las historias obscenas que uno mismo escribe, distan de tener un efecto tan peligroso como las escritas por otros.
Todos tenemos nuestra casa, que es el hogar privado; y la ciudad, que es el hogar público.
Si todo parece estar yendo bien, obviamente has pasado algo por alto.
Una pizca de probabilidad tiene tanto valor como una libra de quizá.
A menudo, la fortuna nos hace pagar muy caro lo que creemos que nos ha regalado.
Más vale apagar una injuria que apagar un incendio.
La novedad es madre de la temeridad, hermana de la superstición e hija de la ligereza.
El arte del comerciante consiste en llevar una cosa desde el sitio donde abunda al lugar donde se paga cara.
Todo adulador vive a expensas de quien lo escucha.
Nunca en el campo de los conflictos humanos, tantos le debieron tanto, a tan pocos.
Toma problemas prestados, si te lo dicta tu naturaleza, pero no los prestes a tus vecinos.
Solo de un modo se puede acertar; errar, de infinitos.
Nadie se queja de tener lo que no se merece.
La indignación moral es la estrategia tipo para dotar al idiota de dignidad.
Los hombres intentan purificarse manchándose de sangre. Es como si, después de haberse manchado con barro, quisieran limpiarse con barro.
Cuanto más altos estamos, más debemos bajarnos hacia nuestros inferiores.
El asunto es el problema; la forma, la solución.
Apenas son suficientes mil años para formar un Estado; pero puede bastar una hora para reducirlo a polvo.
Aunque personalmente me satisfaga que se hayan inventado los explosivos, creo que no debemos mejorarlos.
Generalizar siempre es equivocarse.
Hay hombres que no suben después de caer.
¿Cómo se llama al animal más temible? Preguntó un rey a cierto sabio. Y éste respondió: los salvajes le llaman tirano; los mansos, adulador.
El mártir espera la muerte; el fanático corre a buscarla.
Quisiera ser como un camino, por el que todos pasan, y que luego olvidan.
Vale más un testigo de vista que diez de oidas.
Señal de tener gastada la fama propia es cuidar de la infamia ajena.
Un conservador es un hombre demasiado cobarde para luchar y demasiado gordo para huir.
Un hombre es la suma de sus desdichas. Se podría creer que la desdicha terminará un día por cansarse, pero entonces es el tiempo el que se convierte en nuestra desdicha.
Uno a uno, todos somos mortales. Juntos, somos eternos.
La fama es peligrosa, su peso es ligero al principio, pero se hace cada vez mas pesado el soportarlo y difícil de descargar.
