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La historia es cuestión de supervivencia. Si no tuviéramos pasado, estaríamos desprovistos de la impresión que define a nuestro ser.
Con el dinero sucede lo mismo que con el papel higiénico; cuando se necesita, se necesita urgentemente.
Si no queréis trabajar, necesitáis trabajar para ganar suficiente dinero para no trabajar más.
La ley no ha sido establecida por el ingenio de los hombres, ni por el mandamiento de los pueblos, sino que es algo eterno que rige el Universo con la sabiduría del imperar y del prohibir.
¿Uno que no sepa gobernarse a sí mismo, cómo sabrá gobernar a los demás?.
Aquel que gobierna por medio de su excelencia moral puede compararse a la estrella polar, que permanece en su sitio en tanto todas las demás estrellas se inclinan ante ella.
Nadie recordaría al buen samaritano, si además de buenas intenciones no hubiera tenido dinero.
La sociedad está dividida en dos grandes clases: la de los que tienen más comida que apetito y la de los que tienen más apetito que comida.
Perder el dinero es a menudo un delito; adquirirlo por malas artes es aún peor, y malgastarlo es lo peor de todo.
La multitud no envejece ni adquiere sabiduría: siempre permanece en la infancia.
La ley de la sociedad es cada uno para todos y todos para cada uno.
La religión es el conocimiento de todos nuestros deberes como mandamientos divinos.
Bien sé que las mujeres aman, por lo regular, a quienes lo merecen menos. Es que las mujeres prefieren hacer limosnas a dar premios.
La historia es un incesante volver a empezar.
El hombre tiene que establecer un final para la guerra. Sino, ésta establecerá un fin para la humanidad.
Una historia no es solo verdad cuando se narra cómo ha sucedido, sino también cuando relata cómo hubiera podido acontecer.
La civilización es la victoria de la persuasión sobre la fuerza.
Al carro de la cultura española le falta la rueda de la ciencia.
Me maravillo a menudo de que la historia resulte tan pesada, porque gran parte de ella debe ser pura invención.
La ley es, pues, la distinción de las cosas justas e injustas, expresada con arreglo a aquella antiquísima y primera naturaleza de las cosas.
Una sola cosa nos explica bien la historia y es en qué consisten los malos gobiernos.
Al progreso no hay quien lo pare. Dios creó el mundo en seis días. ¿Y que tenemos hoy? La semana de cinco días.
La volubilidad de la mujer a quien amo es splo comparable a la infernal constancia de las mujeres que me aman.
Hay tantas leyes que nadie está seguro de no ser colgado.
La civilización es una carrera entre la educación y la catástrofe.
Quien quiera ver prosperar sus negocios, consulte a su mujer.
En la sociedad, el hombre sensato es el primero que cede siempre. Por eso, los más sabios son dirigidos por los más necios y extravagantes.
Consigue dinero ante todo, la virtud vendrá después.
En todas partes los más fuertes han hecho las leyes y han oprimido a los débiles.
El objeto de la educación es formar seres aptos para gobernarse a sí mismos, y no para se gobernados por los demás.
Con un poder absoluto hasta a un burro le resulta fácil gobernar.
Ama a tu vecino, pero no derribes vuestra verja.
Cuando tres marchan juntos, tiene que haber uno que mande.
El que ostenta el poder es siempre impopular.
Las sociedades no mueren de la cúspide a la base, sino de la base a la cúspide.
Solo hay una guerra que puede permitirse el ser humano: la guerra contra su extinción.
En la sociedad no todo se sabe, pero todo se dice.
Cualquiera es poderoso para hacer.
El trabajo es una invasión de nuestra privacidad.
En materia de gobierno todo cambio es sospechoso, aunque sea para mejorar.