Frases emotivas cortas
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No puedo parar de trabajar. Tendré toda la eternidad para descansar.
Una casa será fuerte e indestructible cuando esté sostenida por estas cuatro columnas: padre valiente, madre prudente, hijo obediente, hemano complaciente.
Las mujeres con pasado y los hombres con futuro son las personas más interesantes.
Siempre que te pregunten si puedes hacer un trabajo, contesta que sí y ponte enseguida a aprender como se hace.
Las buenas costumbres, y no la fuerza, son las columnas de las leyes; y el ejercicio de la justicia es el ejercicio de la libertad.
En política lo importante no es tener razón sino que se la den a uno.
En todo momento de mi vida hay una mujer que me lleva de la mano en las tinieblas de una realidad que las mujeres conocen mejor que los hombres y en las cuales se orientan mejor con menos luces.
Educación es lo que queda después de olvidar lo que se ha aprendido en la escuela.
Si quieres ganar un adepto para tu causa, convéncelo primero de que eres su amigo sincero.
El mayor castigo para quienes no se interesan por la política es que serán gobernados por personas que sí se interesan.
Educación es lo que la mayoría recibe, muchos transmiten y pocos tienen.
La família está llamada a ser templo, o sea, casa de oración: una oración sencilla, llena de esfuerzo y ternura. Una oración que se hace vida, para que toda la vida se convierta en oración.
La amistad entre dos mujeres comienza o acaba por ser un complot contra una tercera.
Antes de casarme tenía seis teorías sobre el modo de educar a los niños. Ahora tengo seis hijos y ningún teoría.
Los hombres casados son horriblemente aburridos cuando son buenos maridos, e insoportablemente presumidos cuando no lo son.
¡ay de los pueblos gobernados por un poder que ha de pensar en la conservación propia!.
El trabajo endulza siempre la vida, pero los dulces no le gustan a todo el mundo.
Nunca pertenecería a un club que admitiera como socio a alguien como yo.
Mi sueño es el de Picasso; tener mucho dinero para vivir tranquilo como los pobres.
Las religiones, como las luciérnagas, necesitan de oscuridad para brillar.
La verdad padece, pero no perece.
De aquel que opina que el dinero puede hacerlo todo, cabe sospechar con fundamento que será capaz de hacer cualquier cosa por dinero.
Cuando los ricos hacen la guerra, son los pobres los que mueren.
Quienquiera que ponga su mano sobre mí para gobernarme es un usurpador y un tirano y le declaro mi enemigo.
Cuando al hombre se le pone como medida de todas las cosas, se le convierte en esclavo de su propia finitud.
El objetivo de la educación es la virtud y el deseo de convertirse en un buen ciudadano.
La burocracia es una máquina gigantesca manejada por pigmeos.
Es bonito tener dinero y cosas que puede comprar el dinero, pero también es bonito tener las cosas que el dinero no puede comprar.
El trabajo que nunca se empieza es el que tarda más en finalizarse.
El castigo más justo es aquel que uno mismo se impone.
La política es el arte de los incapaces de triunfar en privado.
Puede considerarse bienaventurado y no pedir mayor felicidad el hombre que ha encontrado su trabajo.
Un viajero sabio nunca desprecia su propio país.
Hay hombres cuya conducta es una mentira continua.
Ninguna nación fue arruinada jamás por el comercio.
El legislador no debe proponerse la felicidad de cierto orden de cuidadanos con exclusión de los demás, sino la felicidad de todos.
La Historia no es mecánica porque los hombres son libres para transformarla.
Hay infinidad de cosas que se pueden percibir en la vida, pero solo las realmente importantes llegan al corazón.
Presta dinero a tu enemigo y lo ganarás a él; préstalo a tu amigo y lo perderás.
Al cumplir los setenta años me he impuesto la siguiente regla de vida: No fumar mientras duermo, no dejar de fumar mientras estoy despierto, y no fumar más de un solo tabaco a la vez.
