Frases para quien te juzga
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El amor depara dos máximas adversidades de opuesto signo: amar a quien no nos ama y ser amados por quien no podemos amar.

La revolución del amor comienza con una sonrisa. Sonríe cinco veces al día a quien en realidad no quisieras sonreír. Debes hacerlo por la paz.

En realidad, todas las cosas, todos los acontecimientos, para quien sabe leerlos con profundidad, encierran un mensaje que, en definitiva, remite a Dios.

El que todo lo juzga fácil encontrará la vida difícil.

El primer castigo del culpable es que su conciencia lo juzga y no lo absuelve nunca.

Pronto se arrepiente el que juzga apresuradamente.

Se juzga según lo que se ve, lo que se mira, y se mira lo que se quiere. Por tanto, se juzga lo que se quiere.

Dios juzga al árbol por sus frutos, y no por sus raíces.

Hay quién juzga y condena sin saberse verdugo de sus propios desatinos.

Cuando se ama es el corazón quien juzga.

Solo juzga bien quien sopesa y compara, y cuando pronuncia su sentencia más dura nunca abandona la caridad.

La verdad no está de parte de quien más grite.

Se que hay pobres con dinero, ricos que duermen en el suelo. Se que hay quien sueña en un cajero, se que quiero, se quien soy... se que vendo y se que doy.

En lo que parecemos, todos tenemos un juez; en lo que somos, nadie nos juzga.

La excelencia de un gobierno no se juzga por su orden.

El valor de un acto se juzga por su oportunidad.
Se nos ha enseñado que el ego es sinónimo de mal y el altruismo el ideal de la virtud. Pero mientras el creador es egoísta e inteligente, el altruista es un imbécil que no piensa, no siente, no ju...

A menudo se juzga a los hombres por el crédito de que gozan o por las riquezas que poseen.

Observa, escucha, calla. Juzga poco, pregunta mucho.
...,donde no se juzgue suma sabiduría al creer sin discreción, donde las imposturas de los hombres se distinguen de los consejos divinos, donde no se juzga acto de religión y piedad sobrehumana el ...

Cualquier actor que juzga su personaje es un tonto - por cada papel se interpreta usted tiene que absorber los motivos y justificaciones de ese personaje.

Ha llegado la hora de la mujer que piensa, juzga, rechaza o acepta, y ha muerto la hora de la mujer que asiste, atada e impotente, a la caprichosa elaboración política de los destinos de su país

El humano juzga todo en el minuto presente sin entender que juzga solo un minuto: el minuto presente

Un hombre que juzga a otro hombre es un espectáculo que me haría estallar de risa, si no me diese piedad.

No merece la pena preocuparse por lo que piensan los demás de ti, porque están demasiado ocupados preguntándose que piensas tu de ellos.

El verdadero amor no es otra cosa que el deseo inevitable de ayudar al otro para que sea quien es.

Quien no quiere pensar es un fanático; quien no puede pensar, es un idiota; quien no osa pensar es un cobarde.

Nunca pelees con quien nada tiene que perder.

El dios en quien yo creo no nos manda el problema, sino la fuerza para sobrellevarlo.

Sin duda es mejor un amor prudente; pero es preferible amar locamente a carecer de todo amor.
Triste cosa es no tener amigos, pero más triste debe ser no tener enemigos, porque quien enemigos no tenga, señal de que no tiene: ni talento que haga sombra, ni valor que le teman, ni honra que le ...

Muchas personas piensan que el tener dinero las hace superiores, en realidad la superioridad no depende de quien seas o que tengas, sino depende como te sientas contigo mismo y como tratas a los demas

Quien lucha, puede perder; quien no lucha, ya perdió.

Cuando rezamos hablamos con Dios, pero cuando leemos es Dios quien habla con nosotros.

No es amigo quien ríe mi risa, sino quien llora mis lágrimas.

El hombre a quien el dolor no educó siempre será un niño.

Nadie niega a dios, sino aquel a quien le conviene que dios no exista.

Tu visión devendrá mas clara solamente cuando mires dentro de tu corazón... Aquel que mira afuera, sueña. Quién mira en su interior, despierta.
Quién dijo que la melancolía es elegante? Quitaros esa máscara de tristeza, siempre hay motivo para cantar, para alabar al santísimo misterio, no seamos cobardes, corramos a decírselo a quien sea...
Quien en nombre de la libertad renuncia a ser el que tiene que ser, ya se ha matado en vida: es un suicida en pie. Su existencia consistirá en una perpetua fuga de la única realidad que podía ser.