La inteligencia se mide de la cabeza al cielo. Encuentra docenas de la inteligencia se mide de la cabeza al cielo con fotos para copiar y compartir.
El ajedrez procura una suerte de inteligencia que sirve únicamente para jugar al ajedrez.
No debemos pretender comprender el mundo solo por el intelecto. El fallo de la inteligencia es solo una parte de la verdad.
Al fin todo se hundió... y tu mirada se torció y se deshizo en un cielo turbio y revuelto... Y ya no vi más que mis lágrimas.
El cielo de la fama no es muy grande, y cuántos más en él entren a menos tocan cada uno de ellos.
He realizado observaciones y experimentos en el espacioso laboratorio del mundo con una maravillosa máquina portátil perfectamente ajustada en mi cabeza.
Ninguna orden de inteligencia divina une a las especies. Los lazos naturales son genealógicos junto a caminos contigentes en la historia.
El mejor predicador es el tiempo, que nos hace llegar a tener aquellos mismos pensamientos que las personas de más edad trataron ante en vano de meternos en la cabeza.
Quien conserva su cabeza de niño, conserva su cabeza.
No es blando el camino del cielo.
Tantos hombres en la cabeza y todo lo que han dicho. Y, sin embargo, uno mismo tiene que encontrarlo otra vez y decirlo.
Y ya no sé si a ti te estoy mirando, o si contemplo el cielo.
Más vale ser cabeza de ratón que cola de león.
Escucha con la cabeza, pero deja hablar al corazón.
Los republicanos desean que el Reich alemán tenga una sola testa coronada, igual que Nerón deseaba que la humanidad tuviese una sola cabeza: para poder decapitarla de un solo tajo.
El mejor destino que hay es el de supervisor de nubes, acostado en una hamaca mirando al cielo.
La iglesia nos pide que al entrar en ella nos quitemos el sombrero, no la cabeza.
La inteligencia nos fue concedida para dudar.
Inteligencia es lo que usas cuando no sabes qué hacer.
Todas las guerras son santas, os desafío a que encontréis un beligerante que no crea tener el cielo de su parte.
El hombre es un ser social cuya inteligencia exige para excitarse el rumor de la colmena.
El cielo cura y el médico cobra la minuta.
No guardes nunca en la cabeza aquello que te quepa en un bolsillo.
La inteligencia conoce todas las cosas y ordenó todas las cosas que van a ser y las que fueron y las que son ahora y las que no son.
La ostra enferma porque lleva la perla, y tu da gracias al cielo que te ennoblece con el dolor.
La tontería es infinitamente mas fascinante que la inteligencia. La inteligencia tiene un límite, la tontería no.
El atacar por la espalda no es un signo de cobardía, sino un signo de inteligencia.
Hay un palacio en tu cabeza. Aprende a vivir siempre en él.
El que busca el cielo en la tierra se ha dormido en clase de geografía.
Ser pobre y parecerlo es el método más seguro para nunca levantar cabeza.
Mientras admiramos y exaltamos las facultades de la inteligencia humana, nos olvidamos de buscar sus verdaderos colaboradores.
Si Sócrates levantara la cabeza y viera filósofos que se niegan a opinar del terrorismo, de la clonación... se volvería a morir.
Al que al cielo escupe, en la cara le cae.
El fracaso es una gran oportunidad para empezar otra vez con más inteligencia.
Por una mirada, un mundo; / por una sonrisa, un cielo; / por un beso... yo no sé /qué te diera por un beso.
Serás mi amor por siempre, no importa que el tiempo vaya en contra, que los días terminen en la ansiada espera, que tu boca desconozca el sendero de mi cuerpo, que tu calor no abrigue mi frío.
¡S...
Y ese miedo idiota de verte viejo y sin pareja; te hace escoger con la cabeza lo que es del corazón.
Ser feliz en la contemplación serena, con la voluntad extinguida, sin la codicia y el afán del egoísmo, frío y gris de pies a cabeza, pero con ojos ebrios de luna.
El amor es la más fuerte de las pasiones, porque ataca al mismo tiempo a la cabeza, al corazón y al cuerpo.
A Un Arroyo
A mi hermano Juan de Dios Peza
Cuando todo era flores tu camino,
cuando todo era pájaros tu ambiente,
cediendo de tu curso a la pendiente
todo era en tí fugaz y repentino.
Vi...
Séptimo
Tus nobles manos buenas.
Tus manos dulces sobre mi veneno.
Qué llamas tibias, compañera,
entre agujas de invierno.
Qué dos brasas serenas.
En ellas el milagro que solo mi alma y yo sabemo...