Poemas para admirar la belleza de una mujer. Encuentra docenas de poemas para admirar la belleza de una mujer con fotos para copiar y compartir.
Dos especies de lágrimas tienen los ojos de la mujer: de verdadero dolor y de despecho.
El mejor matrimonio sería aquel que reuniese a una mujer ciega con un marido sordo.
No existe el hombre que haya podido descubrir el medio de dar un consejo de amigo a una mujer, ni siquiera a la suya.
Una mujer superficial es como una olla enorme, ocupa mucho espacio pero por dentro esta vacía...y nadie la va a llenar.
Dicen que el hombre no es hombre mientras no oye su nombre de labios de una mujer.
No hay nada en el mundo que pueda compararse con un rostro humano. Es una tierra que uno no se cansa jamás de explorar, un paisaje (ya sea árido o apacible) de una belleza única. No hay experiencia...
Crecí besando libros y pan. . . Desde que besé a una mujer, mis actividades con el pan y los libros perdieron interés.
Y hoy igual que mañana, mañana igual que ayer un hombre enloquecido besará una mujer
Y le apena a uno que esa instantánea belleza se haya marchitado de manera tan rápida e irrevocable, que haya brillado tan engañosa e ineficazmente ante uno; le apena el que ni siquiera hubiese tiem...
El poder arbitrario constituye una tentación natural para un príncipe, como el vino o las mujeres para un hombre joven, o el soborno para un juez, o la avaricia para el viejo, o la vanidad para la m...
Mas precisamente para el héroe lo bello es lo más difícil. Inaccesible es la belleza a todas las voluntades impetuosas.
La precisión es siempre ventajosa para la belleza, y el razonamiento riguroso para el sentimiento refinado. Vanamente exaltaríamos el uno despreciando el otro.
La mujer y el libro que han de influir en una vida, llegan a las manos sin buscarlos.
¿qué es la belleza? una convención, una moneda que tiene curso en un tiempo y en un lugar.
A todos amo con un amor de mujer, de madre, de hermana, con un amor que es más grande que yo toda, que me supera y me envuelve como un océano donde todo el misterio se resuelve en espuma...
¿Mujer, qué máquina eres, que solo me tienes desesperado, confuso, niño para contenerte?.
La imaginación de una mujer es excesivamente rápida. En un momento salta de la admiración al amor y del amor al matrimonio.
Cuánta belleza en el arte, con tal de poder retener lo que se ha visto. No se está nunca entonces sin trabajo ni verdaderametne solitario, jamás solo.
No se sabe quien goza más; si la mujer cuando se casa o el hombre cuando enviuda.
En cuanto se concede a la mujer la igualdad con el hombre, se vuelve superior a él.
La volubilidad de la mujer a quien amo es splo comparable a la infernal constancia de las mujeres que me aman.
La mujer es un vulgar animal del que el hombre se ha formado un ideal demasiado bello.
La belleza exterior no es más que el encanto de un instante. La apariencia del cuerpo no siempre es el reflejo del alma.
¡Ah, el eterno femenino! Decía aquel señor cuya mujer nunca acababa de morirse.
En una bandada de blancas palomas, un cuervo negro añade más belleza incluso que el candor de un cisne.
El hombre que se ríe de todo es que todo lo desprecia. La mujer que se ríe de todo es que sabe que tiene una dentadura bonita.
En Oriente la mujer no suele ver al hombre antes de casarse. En Occidente, después.
La fiesta de los toros está montada en esencia sobre la tortura pública de un animal, y por muchos pases pintureros que el diestro pegue vestido de sota de espadas, nunca podrá ocultar la degradaci...
El hogar es un santuario doméstico, en el que la mujer cumple el papel de sacerdotisa.
Los suspiros son aire y van al aire. Las lágrimas son agua y van al mar, dime mujer, cuando el amor se olvida, ¿sabes a donde va?.
Es curioso este juego del matrimonio. La mujer tiene siempre las mejores cartas y siempre pierde la partida.
Escoge a una mujer de la cual puedas decir: hubiera podido escogerla más bella, pero no mejor.
El amor es el deseo de obtener la amistad de una persona que nos atrae por su belleza.
La única manera en que un hombre debe comportarse con una mujer es: haciendo el amor con ella, si es bonita, o con otra, si es fea.
Dos cosas quiere el hombre de verdad: el peligro y el juego. Por eso quiere la mujer, que es el juguete más peligroso.
En esta industria, todos sabemos que detrás de un buen guionista hay siempre una gran mujer, y que detrás de ésta está su esposa.
Es mejor ser hombre que mujer, porque hasta el hombre más miserable tiene una mujer a la cual mandar.
Llamar a las mujeres el sexo débil es una calumnia; es la injusticia del hombre hacia la mujer.
La gran pregunta que nunca ha sido contestada y a la cual todavía no he podido responder, a pesar de mis treinta años de investigación del alma femenina, es: ¿qué quiere una mujer?
Cómo tener confianza de una mujer que le dice a uno su verdadera edad. Una mujer capaz de decir esto es capaz de decirlo todo.