Frases-cortas-de-amor-lejano ( 115 )
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Evitemos suplantar con nuestro mundo el de los demás.
El hombre está condenado a ser libre.
¡ay de los pueblos gobernados por un poder que ha de pensar en la conservación propia!.
Antes de dar al pueblo sacerdotes, soldados y maestros, seria oportuno saber si no se esta muriendo de hambre.
Los oídos no sirven de nada a un cerebro ciego.
Decimos una tontería y a fuerza de repetirla acabamos creyéndola.
La literatura es siempre una expedición a la verdad.
Todo el mundo cuenta como ganó sus primeras cien pesetas; nadie cuenta como ganó su último millón.
Prefiero el brillo de tus ojos al de los diamantes. Porque solo brillan para mí.
Bueno es carecer de vicios, pero es muy malo no tener tentaciones.
Mi silencio les estorba. Yo era como botella al revés cuya agua no puede salir porque la botella está demasiado llena.
El pueblo no renuncia nunca a sus libertades sino bajo el engaño de una ilusión.
Lo menos que podemos hacer, en servicio de algo, es comprenderlo.
El trabajo endulza siempre la vida, pero los dulces no le gustan a todo el mundo.
Siempre fui un rebelde... Pero por otro lado, quería ser amado y aceptado, y no solo un músico, poeta, lunática y bocazas. Pero no puedo ser lo que no soy.
Nunca pertenecería a un club que admitiera como socio a alguien como yo.
Si siento que te quiero, no necesito saber porqué te quiero.
El que busca la verdad corre el riesgo de encontrarla.
Mi sueño es el de Picasso; tener mucho dinero para vivir tranquilo como los pobres.
Lo que una vez disfrutamos, nunca lo perdemos. Todo lo que amamos profundamente se convierte en parte de nosotros mismos.
Al evocarte, mi alma se ilumina como un amanecer.
Nadie me dijo que habría días como estos, días extraños sin duda.
Un error es tanto más peligroso cuanta más cantidad de verdad contenga.
El genio se compone del dos por ciento de talento y del noventa y ocho por ciento de perseverante aplicación.
¡Qué pequeña eres, brizna de hierba! sí, pero tengo toda la tierra a mis pies.
El arte de amar se reduce a decir exactamente lo que el grado de embriaguez del momento requiera.
Me abrieron tus ojos las puertas de lo eterno y el secreto de la vida me lo dijo tu boca.
Para ver claro, basta con cambiar la dirección de la mirada.
Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos.
El bosque sería muy triste si solo cantaran los pájaros que mejor lo hacen.
Ayuda a tus semejantes a levantar su carga, pero no te consideres obligado a llevársela.
Le has dado a mi semblante sin saberlo una luz interior que me hace fuerte, para vencer mayores soledades.
Las religiones, como las luciérnagas, necesitan de oscuridad para brillar.
Vivir es fácil con los ojos cerrados.
El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse.
Cuando la tiranía se derrumba procuremos no darle tiempo para que se levante.
Los grandes conocimientos engendran las grandes dudas.
Hermanos y hermanas de otras razas, de otro color, pero con el mismo corazón.
¡cuántas cosas hay en una risotada! es la clave secreta con que se descifra un hombre entero.
El hombre se eleva por la inteligencia, pero no es hombre más que por el corazón.
