Frases-cortas-dia-de-la madre ( 43 )
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La habilidad y la constancia son las armas de la debilidad.

Lo bello es aquello que es inteligible sin reflexión.

La belleza es muy superior al genio. No necesita explicación.

La soledad es una gran fuerza que preserva de muchos peligros.

El legislador no debe proponerse la felicidad de cierto orden de cuidadanos con exclusión de los demás, sino la felicidad de todos.

El placer da lo que la sabiduría promete.

Ser sincero no es decir todo lo que se piensa, sino no decir nunca lo contrario de lo que se piensa.

Contra la estupidez, hasta los dioses luchan en vano.

Las tres cosas que más me gustan en el mundo son el silencio, la soledad y los espacios vacíos.

Ser natural es la más difícil de las poses.

Siembra un acto y cosecharás un hábito. Siembra un hábito y cosecharás un caracter. Siembra un carácter y cosecharás un destino.

El momento elegido por el azar vale siempre más que el momento elegido por nosotros mismos.

En el análisis psicológico de las grandes traiciones encontraréis siempre la mentecatez de Judas Iscariote.

La Historia no es mecánica porque los hombres son libres para transformarla.

La paciencia comienza con lágrimas y, al fin, sonríe.

Si no te ha sorprendido nada extraño durante el día, es que no ha habido día.

A veces una broma, una anécdota, un momento insignificante, nos pintan mejor a un hombre ilustre, que las mayores proezas o las batallas más sangrientas.

Sacar provecho de un buen consejo exige más sabiduría que darlo.

La ociosidad camina con lentitud, por eso todos los vicios la alcanzan.

Nunca he engañado a mi mujer. No es ningún mérito: la amo.

No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo.

La realización conlleva la idea de que lo que sé es definitivo.

El que no se posee a sí mismo es extremadamente pobre.

¡Cuán querida es de todos los corazones buenos su tierra natal!

Presta dinero a tu enemigo y lo ganarás a él; préstalo a tu amigo y lo perderás.

Si dudo, si me alucino, vivo. Si me engaño, existo. ¿Cómo engañarme al afirmar que existo, si tengo que existir para engañarme?

Darse no tiene sentido más que si uno se posee.

La gloria es un veneno que hay que tomar en pequeñas dosis.

Lo que más necesitamos es una persona que nos obligue a hacer lo que sabemos.

La libertad es incompatible con el amor. Un amante es siempre un esclavo.

Los desposeídos tienen un mundo que ganar.

El grado sumo del saber es contemplar el por qué.

Con ciertas personas vale más ser traicionado que desconfiar.

Al cumplir los setenta años me he impuesto la siguiente regla de vida: No fumar mientras duermo, no dejar de fumar mientras estoy despierto, y no fumar más de un solo tabaco a la vez.

Es más necesario estudiar a los hombres que a los libros.

Escribir es recordar, pero leer también es recordar.

Uno debe ser tan humilde como el polvo para poder descubrir la verdad.

La belleza es un reino muy corto.-

Las actitudes son más importantes que las aptitudes.

Quien no tiene toda la inteligencia de su edad, tiene toda su desgracia.