Frases-de-reconocimiento ( 69 )
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Me gustaría vivir eternamente, por lo menos para ver cómo en cien años las personas cometen los mismos errores que yo.

La maldad no es algo sobrehumano, es algo menos que humano.

Antes las distancias eran mayores porque el espacio se mide por el tiempo.

La grandeza de un hombre está en saber reconocer su propia pequeñez.

La religión sirve para ayudarnos y consolarnos ante unos problemas que no tendríamos si no existiese la religión.

Cuando se dice que el dinero no hace la felicidad se alude, evidentemente, al de los demas.

El tiempo es una cierta parte de la eternidad.

El hombre más feliz es el que hace la felicidad del mayor número de sus semejantes.

Quien tiene muchos vicios, tiene muchos amos.

La sangre se hereda, el vicio se apega.

Tremendo contraste entre el crepitar del cuerpo en su comienzo y la paz de las cenizas.

El ojo ve bien a dios solamente a través de las lágrimas.

No se desprecia a todos los que tienen vicios, pero sí a los que no tienen ninguna virtud.

Se dice que el tiempo es un gran maestro; lo malo es que va matando a sus discípulos.

En las tinieblas la imaginación trabaja más activamente que en plena luz.

En todas las cosas parece existir como ley un círculo.

Quien sabe de dolor, todo lo sabe.

El infierno está todo en esta palabra: soledad.

Llueve. Y el agua cae sin relieve sobre las piedras, ávidas de lluvia. Aquí en mi corazón, cómo remueve; aquí en mi corazón, cómo diluvia.

Aunque personalmente me satisfaga que se hayan inventado los explosivos, creo que no debemos mejorarlos.

No es la política la que crea extraños compañeros de cama, sino el matrimonio.

La costumbre hace ley.

El que quiera ser líder debe ser puente.

Los bolsillos de los gobernantes deben ser de cristal.

Un creador es un hombre que en algo "perfectamente" conocido encuentra aspectos desconocidos. Pero, sobretodo, es un exagerado.

La música compone los ánimos descompuestos y alivia los trabajos que nacen del espíritu.

El poder es como un explosivo: o se maneja con cuidado, o estalla.

Hay dos clases de hombres: los que viven hablando de las virtudes y los que se limitan a tenerlas.

La música es el verdadero lenguaje universal.

Que siempre por señales o razones se suelen descubrir las intenciones.

La guerra es desatar con los dientes un nudo político que no se puede deshacer con la lengua.

No basta con ser joven. Es preciso estar borracho de juventud. Con todas sus consecuencias.

Generalizar siempre es equivocarse.

Trabajar con amor es construir una casa con cariño, como si vuestro ser amado fuera a habitar en esa casa.

La niñez es la etapa en que todos los hombres son creadores.

La lectura es como el alimento; el provecho no está en proporción de lo que se come, sino de los que se digiere.

Voluntad firme no es lo mismo que voluntad enérgica y mucho menos que voluntad impetuosa.

Un prisionero es un predicador de libertad.

El hombre emplea la hipocresía para engañarse a sí mismo, acaso más que para engañar a los otros.

A siete años de un suceso, el suceso ya es otro.