Frases cortas-para-el-dia-de-la-madre ( 33 )
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El que conoce el arte de vivir consigo mismo ignora el aburrimiento.

El dolor es, él mismo, una medicina.

En los celos hay más amor propio que amor.

Al que cae de una dicha cumplida no le importa cuán hondo sea el abismo.

La misericordia es una parte integrante de la justicia.

El verdadero modo de vengarse de un enemigo, es no asemejársele.

Los celos son, de todas las enfermedades del espíritu, aquella a la cual más cosas sirven de alimento y ninguna de remedio.

La envidia es el adversario de los afortunados.

Usar de venganza con el más fuerte es locura, con el igual es peligroso, y con el inferior es vileza.

Una de las ventajas de no ser feliz es que se puede desear la felicidad.

Piedad por el culpable es traición al inocente.

¡quién necesita piedad, sino aquellos que no tienen compasión de nadie!.

La fe comienza donde termina el orgullo.

Cuando necesito de paz, de tranquilidad, de sosiego, cuando muchos copetines y muchas farras me han cansado, vengo a ver a mi viejecita, y a su lado recobro fuerzas.

La felicidad es un sentimiento fundamentalmente negativo: la ausencia de dolor.

El orgullo es una forma de egoísmo.

Los tímidos tienen miedo antes del peligro; los cobardes, durante el mismo; los valientes, después.

El hombre es celoso si ama; la mujer también, aunque no ame.

En cada amanecer hay un vivo poema de esperanza, y, al acostarnos, pensemos que amanecerá.

La esperanza vieja es la más dura de perder.

Ser celoso es el colmo del egoísmo, es el amor propio en defecto, es la irritación de una falsa vanidad.

Es fácil hacerse admirar cuando se permanece inaccesible.

El gesto de amargura del hombre es, con frecuencia, solo el petrificado azoramiento de un niño.

Es mi trabajo no estar nunca satisfecho.

Cuando uno dice que sabe lo que es la felicidad, se puede suponer que la ha perdido.

Dios ha puesto el placer tan cerca del dolor que muchas veces se llora de alegría.

Casi todas las personas son tan felices como se deciden a serlo.

El hombre que no se contenta con poco, no se contenta con nada.

Los peores enemigos son los que aprueban siempre todo.

Nunca somos tan felices ni tan infelices como pensamos.

El aburrimiento es lo que queda de los pensamientos cuando las pasiones son eliminadas de ellos.

La fe, incluso la profunda, nunca es completa.

Cuando el dolor es insoportable, nos destruye; cuando no nos destruye, es que es soportable.

Cuando se exagera un sentimiento, desaparece la capacidad de razonar.

El odio es la cólera de los débiles.

Donde hay concordia siempre hay victoria.

La Biblia enseña a amar a nuestros enemigos como si fueran nuestros amigos, posiblemente porque son los mismos.

El hecho de ser habitados por una nostalgia incomprensible sería, al fin y al cabo, el indicio de que hay un más allá.

La ira es una locura de corta duración.

Solo los buenos sentimientos pueden unirnos, el interés jamás ha forjado uniones duraderas.