Frases de miedo al amor ( 231 )
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El corazón es un niño: espera lo que desea.

No me arrepiento de nada. El que se arrepiente de lo que ha hecho es doblemente miserable.

Se puede tener, en lo más profundo del alma, un corazón cálido, y sin embargo, puede ser que nadie acuda a él.

La alegría es el ingrediente principal en el compuesto de la salud.

No hay incendio como la pasión: no hay ningún mal como el odio.

¡Dios me libre de enemistades de amigos!

La señal de que no amamos a alguien es que no le damos todo lo mejor que hay en nosotros.

No hay en el mundo señorío como la libertad del corazón.

Aburrirse en el momento adecuado es signo de inteligencia.

Es mejor haber amado y perdido que jamás haber amado.

Mucho más que los intereses es el orgullo quien nos divide.

A quien amigos tiene por millones ninguno sobrará; el que tan solo un enemigo cuenta por doquier lo encontrará.

Uno no se enamoró nunca, y ése fue su infierno. Otro, sí, y ésa fue su condena.

No hay condición tan baja que no tenga esperanzas, ni ninguna tan alta que no inspire temor.

El beso es la válvula de escape de la honestidad.

No entiendo por qué el que es dichoso busca mayor felicidad.

Hay labios tan finos que en vez de besar cortan.

La satisfacción es la muerte.

Si hubiera un solo hombre inmortal sería asesinado por los envidiosos.

Un hombre que no ha pasado a través del infierno de sus pasiones, no las ha superado nunca.

Cuanto más amamos a alguien menos conviene halagarle.
Cuando uno se halla habituado a una dulce monotonía, ya nunca, ni por una sola vez, apetece ningún género de distracciones, con el fin de no llegar a descubrir que se aburre todos los días.

La felicidad es tanto mayor cuanto menos la advertimos.

La felicidad es mejor imaginarla que tenerla.

Casi todas las personas viven la vida en una silenciosa desesperación.

La felicidad de los grandes consiste no en sentirse felices, sino en comprender cuan felices piensan otros que han de ser ellos.

Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los cómos.

Los bárbaros que todo lo confían a la fuerza y a la violencia, nada construyen, porque sus simientes son de odio.

¡Qué triste es amarlo todo sin saber lo que se ama!

La manera más profunda de sentir una cosa es sufrir por ella.

No conozco mayor enemigo del hombre que el que es amigo de todo el mundo.

Aquel que es demasiado pequeño tiene un orgullo grande.

Para la felicidad son menos nefastos los males que el aburrimiento.

Mi pasado fue muy triste, mi futuro no lo se, mi presente es que te quiero y que nunca te olvidaré.

Cuidado con la tristeza. Es un vicio.

La mujer es embellecida por el beso que ponéis sobre su boca.

El odio es la venganza de un cobarde intimidado.

Una situación se convierte en desesperada cuando empiezas a pensar que es desesperada.

¿Por qué buscais la felicidad, oh, mortales, fuera de vosotros mismos?

La razón puede advertirnos sobre lo que conviene evitar; solo el corazón nos dice lo que es preciso hacer.