Frases josé martí ciencia ( 2 )
Frases josé martí ciencia. Encuentra docenas de frases josé martí ciencia con fotos para copiar y compartir.
En la ciencia uno se trata de explicar lo que no se sabía antes de manera que se entienda. En la literatura uno se comporta justo al contrario.
Durante mucho tiempo continuaremos viviendo divididos entre el miedo a las armas misteriosas y la esperanza en los milagros de la ciencia.
La mejor fuente de información son las personas que han prometido no contárselo a otros.
Aunque todas las posibles preguntas de la ciencia recibiesen respuesta, ni siquiera rozarían los verdaderos problemas de la vida.
La ciencia es lo que sabes, la filosofía es lo que no sabes.
El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir.
La ciencia es el sentido común razonado y apoyado por argumentos que el sentido práctico encamina por el lado productivo.
Demasiado juego para ser una ciencia y demasiada ciencia para ser un juego.
La ciencia avanza a pasos, no a saltos.
Para la ciencia no debe existir posibilidad de contradicción, y allí donde se presenta concluye el discurso científico.
La ciencia puede descubrir lo que es cierto, pero no lo que es bueno, justo y humano.
¿en qué consiste la ciencia? en conocer a los hombres.
El hombre es el más misterioso y el más desconcertante de los objetos descubiertos por la ciencia.
La verdadera ciencia está muy por encima de los apasionamientos políticos, de las diferencias de raza e idioma y de los sectarismos religiosos.
No hay que llamar ciencia más que al conjunto de fórmulas que siempre tiene tanto éxito. Todo el resto es literatura.
La ciencia es la estética de la inteligencia.
La ciencia es una de las formas más elevadas del quehacer espiritual pues está ligada a la actividad creadora del intelecto, forma suprema de nuestra condición humana.
El nacimiento de la ciencia fue la muerte de la superstición.
El que posee las nociones más exactas sobre las causas de las cosas y es capaz de dar perfecta cuenta de ellas en su enseñanza, es más sabio que todos los demás en cualquier otra ciencia.
El fin de la ciencia especulativa es la verdad, y el fin de la ciencia práctica es la acción.
Con el tiempo y la paciencia se adquiere la ciencia.
Antes de ser hombres de ciencia, deberíamos ser hombres.
La iglesia salva a los pecadores, pero la ciencia busca acabar con su manufactura.
Lo que he hecho es mostrar que es posible que la forma en que comenzó el universo esté determinada por las leyes de la ciencia. En ese caso, no sería necesario apelar a dios para decidir cómo come...
La táctica y la diplomacia están bien en las relaciones internacionales y políticas, quizás hasta en los negocios; en la ciencia solo los hechos.
La ciencia no es una religión. Si lo fuese, no tendriamos problemas para conseguir dinero.
La verdadera grandeza de la ciencia acaba valorándose por su utilidad.
La ciencia moderna tiene como meta: el menor dolor posible, la vida más larga posible, es decir, una especie de eterna bienaventuranza, ciertamente muy modesta en comparación con la prometida por la...
El humilde conocimiento de ti mismo es un camino más seguro hacia dios que el camino de la ciencia.
El amor es fe y no ciencia.
En cuestiones de ciencia, la autoridad de mil no vale lo que el humilde razonamiento de un solo individuo.
La paciencia es la madre de la ciencia.
La ciencia es el gran antídoto contra el veneno del entusiasmo y la superstición.
El que se enamora de la práctica sin ciencia, es como el marino que sube al navío sin timón ni brújula, sin saber con certeza hacia dónde va.
La moral es la ciencia por excelencia; es el arte de vivir bien y de ser dichoso.
La ciencia, a la postre, es dinamita: Hay signos de que los efectos de la revolución industrial pueden quedar pequeños al lado de los de la revolución psicológica, ¡y los luditas huelen ese tipo ...
Pedir una moral a la ciencia es arriesgarse a sufrir crueles desengaños.
La ciencia consiste en sustituir el saber que parecía seguro por una teoría, o sea, por algo problemático.
El ámbito iluminado por la ciencia está rodeado de un espacio en tinieblas tan extenso, que ha de parecer ridícula la pretensión de limitar la existencia al hábitat del conocimiento.
En ciencia el reconocimiento se concede al hombre que convence al mundo, no a aquel a quien se le ocurre la idea.
