Frases para hombres cobardes ( 29 )
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Los grandes hombres también yerran, y algunos con tanta frecuencia que casi se caería en la tentación de considerarlos pequeños

El sabio no es complaciente. Para él los hombres son como perros de paja destinados al sacrificio.

Los hombres lloran porque las cosas no son lo que deberían ser.
No soy de los que afirman que sus acciones no se le parecen. Muy al contrario, pues ellas son mi única medida, el único medio de grabarme en la memoria de los hombres, y aún en la propia mía

Cuando un gran número de hombres no pueden encontrar trabajo, los resultados de desempleo.

No desesperaremos. No somos cobardes ni fatalistas; creemos que Dios ha puesto en nuestras manos los medios para nuestra supervivencia y vamos a sacarles el máximo provecho.

Hablar es de necios, callar de cobardes y escuchar de sabios

No me importa vivir en un mundo de hombres, siempre que pueda ser una mujer en él.

Los hombres que se acostumbran a preocuparse por las necesidades de unas máquinas, se vuelven insensibles respecto a las necesidades de los hombres.

Algunos hombres matarían a su prójimo para hacer un poco mas de bien que él*

Cuidado, siempre y cuando usted vive, de juzgar los hombres por su apariencia exterior.

La única objeción al matrimonio científico que merece una atención definitiva, es sencillamente que una tal cosa solo podría ser impuesta a inimaginables esclavos y cobardes.

Manos de hombres y de pueblos que se extienden menos en gestos de súplica, y se van haciendo cada vez más, manos humanas que transformen el mundo...

Una nación no es conglomerado accidental y efímero, sino una comunidad estable de hombres

Reúna hombres y mujeres, hábleles despacio y con cariño, ellos empezarán a andar por sí solos. Contemple con amor el mar. Descanse el séptimo día

Nadie educa a nadie ?nadie se educa a si mismo?, los hombres se educan entre si con la mediación del mundo.

Deje que su discurso con los hombres de negocios sea breve y general.
Espero dejar claro, por tanto, que todos los hombres han estado de acuerdo en la doctrina de la libertad y de la necesidad, según cualquier acepción razonable que se asigne a estos términos.

No somos cobardes, sino que no hemos encontrado aún nuestro coraje

También los hombres pueden prometer, porque en la promesa hay algo inmortal.

Los hombres gritan para no oírse

Que todos los hombres son iguales es una propuesta a la que, en tiempos normales, ningún ser humano cuerdo jamás haya dado su consentimiento.

Tantos hombres, tantos pareceres: cada uno tiene su manera.

Sed hombres y mujeres del mundo, pero no seáis hombres o mujeres mundanos.

Por indignidades hombres llegan a dignidades.

... son realmente Anticristos aquellos que persiguen a los hombres de bien y amantes de la justicia, simplemente por que disienten de ellos y no defienden los mismos dogmas de fe que ellos.

Las mujeres son la más grande creación de dios, aunque nosotros los hombres también estamos cerca. Tú eres una, nosotros somos dos.

El conocimiento de los hombres y de las costumbres es el primer principio y el principal manantial del bien escribir

Una de las mayores desgracias de las personas honestas es que son cobardes.

No hay tal cosa como la sociedad: hay hombres y mujeres individuales, y hay familias.

La naturaleza y no Dios es lo que separa a los hombres que dominan por su entendimiento, por la fuerza o por el carácter.
El mayor infortunio del hombre de letras no es quizá el hecho de ser víctima de las intrigas y la envidia de sus colegas y el verse despreciado por lo hombres poderosos, sino el verse juzgado por lo...

Hay dos clases de hombres: los que piensan y los que se divierten

Las mujeres son siempre mucho mejores o mucho peores que los hombres.
No es en las ideas socialistas donde puedan estar las dificultades, es en los errores que cometemos los hombres en cualquier tarea humana, en cualquier tarea social, en cualquier tarea revolucionaria

La revelación de pensamiento lleva a los hombres de la esclavitud a la libertad.

Los ángeles lo llaman placer divino; los demonios, sufrimiento infernal; los hombres, amor.

Dos clases de hombres: Los reacios a la confesión y los confesantes apasionados.

Cuando se trata de chismes, tengo que reconocer fácilmente los hombres son tan culpables como las mujeres.

Los hombres no son miserables por necesidad, pero están resueltos a creerse miserables por accidente.