Frases para hombres cobardes ( 53 )
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Los hombres más capaces de pensar sobre el amor son los que menos lo han vivido; y los que lo han vivido suelen ser incapaces de meditar sobre él.

Las tristezas no se hicieron para las bestias sino para los hombres pero, si los hombres las sienten demasiado se hacen bestias. Asi que no seas bestia sino hombre". Por lo tanto levanta la cara ...

Saber callar es una prueba de sabiduría que buscan pocos hombres.
El amor de mi hombre no conocerá el miedo a la entrega, ni temerá descubrirse ante la magia del enamoramiento en una plaza llena de multitudes. Podrá gritar -te quiero- o hacer rótulos en lo alto ...

Cuán duro, cuán amargo es llegar a ser hombre.

El hombre noble conserva durante toda su vida la ingenuidad e inocencia propias de la infancia.

La lectura no da al hombre sabiduría; le da conocimientos.

Cuando al hombre se le pone como medida de todas las cosas, se le convierte en esclavo de su propia finitud.

La mente del hombre es de mármol; la de la mujer de cera.

Lo que me asombra es no haber abandonado por completo mis esperanzas, que parecen absurdas e irrealizables. Y, sin embargo, me aferro a ellas a pesar de todo y sigo creyendo en la innata bondad del ho...
Existe un principio que se resiste a toda información, que se resiste a toda investigacion, que nunca deja de mantener al hombre en una ignorancia perenne. . . Es el principio de desestimar lo que no...

El honor y el premio son los resortes para que no se adormezca el espíritu del hombre.
El hombre es un ser racional, y, en cuanto tal, recibe de la ciencia el alimento y la nutrición que le corresponde. Pero tan escaso es el alcance de la mente humana que poca satisfacción puede esper...

A los viejos les gusta dar buenos consejos, para consolarse de no poder dar malos ejemplos.

El hombre dotado de inteligencia puede con el don de saber que posee, conseguir la capacidad necesaria para toda la técnica y destreza artística.

El hombre no reza para dar a Dios una orientación, sino para orientarse debidamente a sí mismo.

No son los deberes lo que quitan a un hombre la independencia: son los compromisos.

Así como el ignorante está muerto antes de morir, el hombre de talento vive aun después de muerto.

El hombre sufre tan terriblemente en el mundo que se ha visto obligado a inventar la risa.

Ser honrado tal como anda el mundo, equivale a ser un hombre escogido entre diez mil.

El anciano es un hombre que ya ha comido y observa cómo comen los demás.

El hombre no es hijo de las circunstancias. Las circunstancias son hijas del hombre.

Si las leyes fueran constituidas por los hombres, o por las sentencias de los jueces, serían derechos matar, robar, adulterar, etcétera.

La sonrisa es el idioma general de los hombres inteligentes. Solo son tristes los tontos y los delincuentes.

Los hombres vicioso procuran disimular sus faltas con apariencias de honradez.

Las mujeres no simpatizan entre sí por los mismos motivos que agradan a los hombres.

A las flores les pedimos que tengan perfume. A los hombres, educación.

Ni con la mejor voluntad y la más pura de las intenciones les resulta fácil conocerse a los hombres; y a ello viene a sumarse la mala voluntad, que todo lo tergiversa.
Hemos preparado a los hombres para pensar en el futuro como una tierra prometida que alcanzan los héroes, no como lo que cualquiera alcanza a un ritmo de sesenta minutos por hora, haga lo que haga.

El amor es la historia de la vida de las mujeres y un episodio en la de los hombres.

No confundáis a Jesús, el maestro,
con los pobres hombres que le siguen de lejos.
No esperéis que su inconsecuencia
pueda serviros eternamente de excusa.

La educaciòn consiste en enseñar a los hombres no lo que deben pensar, sino a pensar por si, para decidir

Pueden amar los pobres, los locos y hasta los falsos, pero no los hombres ocupados.

¡Estoy horrorizado! No sé si el mundo está lleno de hombres inteligentes que lo disimulan... o de imbéciles que no se recatan de serlo.

Los hombres suelen, si reciben un mal, escribirlo sobre el mármol; si un bien, en el polvo.

La crueldad es la fuerza de los cobardes.

Todos los hombres estamos hechos del mismo barro, pero no del mismo molde.

Allí donde se queman los libros, se acaba por quemar a los hombres.

Los hombres que alaban siempre son o simples o bajos; los que no alaban nunca son o imbéciles o envidiosos.

La injusticia no tiene ninguna razón de existir en el Universo, y su nacimiento fue de la envidia y antagonismo de los hombres, antes de haber comprendido su espíritu.