Palabras a una mujer admirable ( 8 )
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Puede juzgarse el grado de civilización de un pueblo por la posición social de la mujer.

Hay quien ha venido al mundo para enamorarse de una sola mujer y, consecuentemente, no es probable que tropiece con ella.

La mujer en el paraíso perdido, mordió el fruto del árbol de la ciencia diez minutos antes que el hombre; y ha mantenido después siempre estos diez minutos de ventaja.

Aquí un marido que ama a su mujer es un hombre que no tiene el mérito suficiente para hacerse amar por otra.

La mujer sabía edifica su casa; más la necia con sus manos la derriba.

Una mujer es como un puro: hay que encenderla a menudo.

Alma, mujer, inspiradora: rige mi vida entera para siempre.

Ama a una nube, ama a una mujer, pero ama.

Es tan injusto poseer exclusivamente a una mujer como poseer esclavos.

Niña y muchacha y joven ya mujer, tú todas, colman mi corazón, y en paz las amo.

Cada mujer que pasa frente a uno sin detenerse es una historia de amor que no se concretara nunca.

Los tres deberes fundamentales de la mujer son ser bonita, ir bien vestida y no contradecir.

Hay que juzgar los sentimientos por los actos, más que por las palabras.

La mujer perfecta es un tipo humano superior al varón perfecto, pero también es un ejemplar mucho más raro.

Si hay debajo de la luna cosa que merezca ser estimada y preciada es la mujer buena.

Una mujer amablemente estúpida es una bendición del cielo.

Amor de mujer casta, perpetuo es.

Con buenas palabras se puede negociar, pero para engrandecerse se requieren buenas obras.

El que puede gobernar a una mujer puede gobernar a una nación.

Esta que llaman por ahí Fortuna es una mujer borracha y antojadiza, y sobre todo, ciega, y así no ve lo que hace, ni sabe a quien derriba.

Carpe Diem (aprovecha el día presente). Palabras que nos recuerdan que la vida es corta y debemos apresurarnos a gozar de ella.

Una pintura es un poema sin palabras.

Para conseguir la más pequeña fortuna, vale más decir cuatro palabras a la querida de un rey que escribir cien volúmenes.

Sería mucho mejor para nuestros distinguidos antepasados alabarles con menos palabras y con más acciones nobles.

Cuando un hombre se echa atrás, solo retrocede de verdad. Una mujer solo retrocede para coger carrerilla.

A cualquier mujer le gustaría ser fiel. Lo difícil es hallar el hombre a quien serle fiel.

El primero que comparó a la mujer con una flor, fue un poeta; el segundo, un imbécil.

Cualquier mujer que entienda los problemas de llevar una casa está muy cerca de entender los de llevar un país.

Yo creo en las familias numerosas: toda mujer debería tener al menos tres maridos.

Como flores hermosas, con color, pero sin aroma, son las dulces palabras para el que no obra de acuerdo con ellas.

Hay pocos lazos de amistad tan fuertes que no puedan ser cortados por un pelo de mujer.

La mujer es como una buena taza de café: la primera vez que se toma, no deja dormir.

Dios no escucha vuestras palabras, salvo cuando él mismo las profiere a través de vuestros labios.

La mujer es como la sombra: si la huyes, sigue; si la sigues huye.

Para mi, la mujer ideal es aquella con la que puedo llorar.

La mujer es embellecida por el beso que ponéis sobre su boca.

Estoy dispuesto a reconocer la superioridad de la mujer con tal de no admitir su igualdad con los hombres.

Las lágrimas de la mujer hablan silenciosamente.

Es cosa admirable que todos los grandes hombres tengan siempre alguna ventolera, algún granito de locura mezclado con su ciencia.

Las palabras son la configuración acústica de las ideas.