Frases-cortas-de-amor-lejano ( 6 )
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Mientras hay vida, hay esperanza.
El temor y la esperanza nacen juntos y juntos mueren.
Grabad esto en vuestro corazón: cada día es el mejor del año.
Odiar a alguien es otorgarle demasiada importancia.
La puerta de la felicidad se abre hacia dentro, hay que retirarse un poco para abrirla: si uno la empuja, la cierra cada vez más.
Quien no tiene enemigos, tampoco suele tener amigos.
El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son.
La esperanza es un estimulante vital muy superior a la suerte.
El odio es una tendencia a aprovechar todas las ocasiones para perjudicar a los demás.
Aquél que tiene fe no está nunca solo.
La desesperación infunde valor al cobarde.
Vengándose, uno se iguala a su enemigo; perdonándolo, se muestra superior a él.
El dolor silencioso es el más funesto.
La desconfianza es la madre de la seguridad.
El arte de la vida es el arte de evitar el dolor.
Castiga a los que te envidian haciéndoles el bien.
La venganza más cruel es el desprecio de toda venganza posible.
El aburrimiento no puede existir donde quiera que haya una reunión de buenos.
El aburrimiento es la explicación principal de por qué la historia está tan llena de atrocidad.
El dolor es más fuerte entre los más fuertes. Como el cáncer.
Los celos son la icteria del alma.
El signo más evidente de que se ha encontrado la verdad es la paz interior.
La corona real no quita el dolor de cabeza.
Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera.
El ocaso de una gran esperanza es como el ocaso del sol: con ella se extingue el esplendor de nuestra vida.
Solemos perdonar a los que nos aburren, pero no perdonamos a los que aburrimos.
Hay dolores que matan: pero los hay más crueles, los que nos dejan la vida sin permitirnos jamás gozar de ellas.
No se vive sin la fe. La fe es el conocimiento del significado de la vida humana. La fe es la fuerza de la vida. Si el hombre vive es porque cree en algo.
Un solo enemigo puede hacer más daño que el bien que pueden hacer diez amigos juntos.
Ojo por ojo, diente por diente.
El que conoce el arte de vivir consigo mismo ignora el aburrimiento.
Nadie puede librar a los hombres del dolor, pero le será perdonado a aquel que haga renacer en ellos el valor para soportarlo.
El dolor es, él mismo, una medicina.
Al que cae de una dicha cumplida no le importa cuán hondo sea el abismo.
La misericordia es una parte integrante de la justicia.
El verdadero modo de vengarse de un enemigo, es no asemejársele.
No hay más que una manera de ser feliz: vivir para los demás.
Los celos son, de todas las enfermedades del espíritu, aquella a la cual más cosas sirven de alimento y ninguna de remedio.
La envidia es el adversario de los afortunados.
Usar de venganza con el más fuerte es locura, con el igual es peligroso, y con el inferior es vileza.
