Frases cortas de amor para mi esposo ( 3 )
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El amor depara dos máximas adversidades de opuesto signo: amar a quien no nos ama y ser amados por quien no podemos amar.
Ten en cuenta que el gran amor y los grandes logros requieren grandes riesgos.
Escribir es como hacer el amor. No te preocupes por el orgasmo, preocúpate del proceso.
Cuando la vida te presente razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones para reír.
El amor jamás reclama; da siempre. El amor tolera, jamás se irrita, nunca se venga.
Hay siempre un poco de locura en el amor. Más también hay siempre un poco de razón en la locura.
Amar a distancia es una gran prueba de amor.
El deseo muere automáticamente cuando se logra: fenece al satisfacerse. El amor en cambio, es un eterno insatisfecho.
Nadie tiene dominio sobre el amor, pero el amor domina todas las cosas.
Quizás te diga un día que dejé de quererte, aunque siga queriéndote más allá de la muerte; y acaso no comprendas en esa despedida, que, aunque el amor nos une, nos separa la vida.
El amor está muy bien a su modo, pero la amistad es una cosa mucho más alta. Realmente no hay en el mundo nada más noble y raro que una amistad verdadera.
No puedo parar de trabajar. Tendré toda la eternidad para descansar.
El hombre que ha de mendigar amor es el más miserable de todos los mendigos.
El amor es como el fuego, que si no se comunica se apaga.
Por el amor de una rosa, el jardinero es servidor de mil espinas.
Sin un corazón lleno de amor y sin unas manos generosas, es imposible curar a un hombre enfermo de su soledad.
Para cambiar tu vida por fuera debes cambiar tú por dentro. En el momento en que te dispones a cambiar, es asombroso cómo el universo comienza ayudarte, y te trae lo que necesitas.
Todo gran amor no es posible sin pena.
El amor verdadero hace milagros, porque el mismo es ya el mayor milagro.
¿Cómo entra la luz en una persona? si la puerta del amor está abierta.
El amor es una fuente inagotable de reflexiones: profundas como la eternidad, altas como el cielo y grandiosas como el universo.
Nuestro amor es como la llovizna que cae quedamente (silenciosmente), pero desborda el río.
El amor es un niño grande; las mujeres, su juguete.
Si supiera que esta fuera la última vez que te vea salir por la puerta, te daría un abrazo, un beso y te llamaría de nuevo para darte más.
Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar.
Cuando encontramos el amor encontramos también la razón y el sentido de la vida toda.
Es tan corto el amor y tan largo el olvido.
El amor consuela como el resplandor del sol después de la lluvia.
El amor y los celos son compañeros.
Para ejercer una influencia benéfica entre los niños, es indispensable participar de sus alegrías.
En el amor todo ha terminado cuando uno de los amantes piensa que sería posible una ruptura.
Sin duda es mejor un amor prudente; pero es preferible amar locamente a carecer de todo amor.
Es dífícil saber en qué momento exacto comienza el amor; menos díficil es saber que ha comenzado.
El día que tú no ardas de amor, muchos morirán de frío.
En el mar, como en el amor, suele ser mejor seguir una corazonada que obedecer a una biblioteca.
El amor auténtico se encuentra siempre hecho. En este amor un ser queda adscrito de una vez para siempre y del todo a otro ser. Es el amor que empieza con el amor.
Si del amor hacemos la meta más cierta y el más cierto placer de nuestras vidas, ello se debe a que, por serlo para serlo, debe soñarse ilimitado solo porque es, fatalmente, limitado.
El señor escucha las preces de los que piden para olvidar el odio. Pero está sordo para los que quieren huir del amor.
Para la mayoría de la gente, el problema del amor consiste fundamentalmente en ser amado, y no en amar, no en la propia capacidad de amar.
Esta sociedad nos da facilidades para hacer el amor, pero no para enamorarnos.
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