Frases de infancia feliz. Encuentra docenas de frases de infancia feliz con fotos para copiar y compartir.
Haz solo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será, y llegará naturalmente.
La infancia feliz es un mito.
¡Feliz, feliz Navidad, la que hace que nos acordemos de las ilusiones de nuestra infancia, le recuerde al abuelo las alegrías de su juventud, y le transporte al viajero a su chimenea y a su dulce hoga...
feliz! No es la alegría de la infancia o la juventud, es la alegría de la madurez, la tranquilidad y la aceptación».
Si TU pudiste ser FELIZ con la persona EQUIVOCADA, piensa cuán FELIZ serás cuando llegue la persona correcta a tu VIDA
Para ser feliz hay que vivir en guerra con las propias pasiones y en paz con las de los demás.
Una mentira que te haga feliz vale más que una verdad que te amargue la vida.
Decide ahora mismo ser feliz porque la felicidad es una adquisición.
Soy un paranoico al revés. Siempre sospecho que la gente está planeando algo para hacerme feliz.
¿Y ya con que voy a soñar, cuando he sido tan feliz despierto?.
Puede uno amar sin ser feliz; puede uno ser feliz sin amar; pero amar y ser feliz es algo prodigioso.
El hombre más poderoso del mundo y el hombre más feliz del mundo, tienen nombres diferentes.
El amor no envejece nunca; muere en la infancia.
Inventar las cosas sencillamente con la precisión y la lealtad de la inmediatez de la infancia.
Qué desespero trae el amor, yo que no sabía lo que era el amor, ahora lo sé porque no soy feliz.
Lo llamaron científico, estadista y pensador. Pero nunca fue tan feliz como cuando lo llamaron "Bichi".
En dos segundos me ha hecho usted feliz para siempre. Si, feliz. Quien sabe, quizá me ha reconciliado conmigo mismo, quizá ha resuelto mis dudas... quizá hay también para mi minutos así...
Todo hombre tiene derecho a ser feliz.
Todo el mundo desea ser feliz, pero no que lo sea todo el mundo.
No hay más que una manera de ser feliz: vivir para los demás.
Los días de mi infancia transcurrieron de asombro en asombro, de revelación en revelación. Nací en un medio rural y crecí frente a un horizonte de balidos y relinchos.
El hecho que un creyente pueda ser más feliz que un escéptico es tan cierto como decir que el borracho es más feliz que el hombre sobrio.
Una de las ventajas de no ser feliz es que se puede desear la felicidad.
La multitud no envejece ni adquiere sabiduría: siempre permanece en la infancia.
Un matrimonio feliz, es una larga conversación que siempre parece demasiado corta.
La naturaleza ha hecho al hombre feliz y bueno, pero la sociedad lo deprava y lo hace miserable.
Si quieres ser feliz, como me dices, no analices, muchacho, no analices.
Un hombre feliz es aquel que durante el día, por su trabajo, y a la noche, por su cansancio, no tiene tiempo de pensar en sus cosas.
Creedlo, para hacernos amar no debemos preguntar nunca a quien nos ama: ¿Eres feliz?, sino decirle siempre: ¡Qué feliz soy!.
Para ser feliz hace falta, sobre todo, estar conforme con uno mismo.
Ser feliz, rejuvenece.
Para tener un matrimonio feliz se necesita tener madurez intelectual, económica y emocional.
Si quieres ser feliz, enteramente solo, jamás lo conseguirás.
En cualquier adversidad, lo peor es haber sido feliz.
En toda clase de bienes poseer es poca cosa; lo que hace feliz es poder gozar lo que posee.
Para ser feliz hay que estar enamorado.
Si no eres feliz aquí y ahora, no lo serás nunca.
En la amistad y en el amor se es más feliz con la ignorancia que con el saber.
Existen dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el idiota y la otra serlo.
Mi recuerdo más feliz de la infancia fue mi primer año en la escuela de reforma. Este maestro se interesó por mí. De hecho, él me dio el primer cumpleaños presenta que he conseguido: una caja de Crack...