Frases emotivas. Encuentra docenas de frases emotivas con fotos para copiar y compartir.
Quienquiera que ponga su mano sobre mí para gobernarme es un usurpador y un tirano y le declaro mi enemigo.
Si no existieran hijos, yernos, hermanos y cuñados, cuántos disgustos se ahorrarían los jefes de gobierno.
Si usted quiere saber lo que una mujer dice realmente, mírela, no la escuche.
Es más fácil hacer leyes que gobernar.
La libertad política es la condición previa del desarrollo económico y del cambio social.
Gracias a la guerra uno no solo puede morir por sus ideales, sino que incluso puede morir por los ideales de otro.
La guerra es de por vida en los hombres, porque es guerra la vida, y vivir y militar es una misma cosa.
Mi sueño es el de Picasso; tener mucho dinero para vivir tranquilo como los pobres.
Nunca pertenecería a un club que admitiera como socio a alguien como yo.
Crecí besando libros y pan. . . Desde que besé a una mujer, mis actividades con el pan y los libros perdieron interés.
En la guerra como en el amor, para acabar es necesario verse de cerca.
Me moriré de viejo y no acabaré de comprender al animal bípedo que llaman hombre, cada individuo es una variedad de su especie.
Dicen que el hombre no es hombre mientras no oye su nombre de labios de una mujer.
La parte más importante de la educación del hombre es aquella que él mismo se da.
Las mejores leyes nacen de las costumbres.
El castigo entra en el corazón del hombre desde el momento en que comete el crimen.
Huye guerras, que es menos sentimiento,padecer su terror que su escarmiento.
Las instituciones pasan por tres períodos: el del servicio, el de los privilegios y el del abuso.
Si ha de haber conflictos que sea mientras yo viva, que mi hijo pueda vivir en paz.
No hay en el mundo cosa más cara que la que con ruegos se compra.
Uno de los extremos más necesarios y más olvidados en relación con esa novela llamada Historia, es el hecho de que no está acabada.
Formarse no es nada fácil, pero reformarse lo es menos aún.
Un rey no debe caer nunca de su trono, excepto cuando el trono cae.
La buena fe es el fundamento de toda sociedad, la perfidia es la peste.
El gobierno no descansa en la fuerza, el gobierno es la fuerza; descansa en el consentimiento, o en una concepción de la justicia.
He visto lo bastante de una guerra para no desear volver a ver otra.
Si aún queda una cierta capacidad de fijar criterios progresistas en la educación, que se aplique a introducir la enseñanza obligatoria de la descodificación mediática.
El progreso se evapora y deja atrás una estela de burocracia.
La única cosa que respeta el poder es el poder.
El vicio inherente al capitalismo es el desigual reparto de bienes. La virtud inherente al socialismo es el equitativo reparto de miseria.
La mujer escoge muchas veces al hombre que la ha de escoger a ella.
Ella camina silenciosamente, pero, bajo ese aspecto tranquilo, es todo furia, pura energia eléctrica. La mujer común es tan común como una tormenta.
El mundo moderno está lleno de hombres que sostienen dogmas con tanta firmeza, que ni siquiera se dan cuenta de que son dogmas.
Quien gobierna, mal descansa.
En el derecho público el acto de justicia más severo es la guerra, porque puede tener por efecto la destrucción de la sociedad.
El trabajo es vida.
No me importa lo mucho que hablen mis ministros, siempre que hagan lo que yo les digo
Dichoso el que gusta las dulzuras del trabajo sin ser su esclavo.
Las mujeres no conceden a la amistad más que lo que sisan al amor.
Generalmente, se puede asegurar que no hay nada más terrible en la sociedad que el trato de las personas que se sienten con alguna superioridad sobre sus semejantes.