Frases-de-reconocimiento ( 73 )
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Lo horrible de este mundo es que buscamos con el mismo ardor el hacernos felices y el impedir que los demás lo sean.
Hay algo más importante que la lógica: es la imaginación.
Un conservador es un hombre demasiado cobarde para luchar y demasiado gordo para huir.
Ser original es en cierto modo estar poniendo de manifiesto la mediocridad de los demás.
Alábate, cesto, que venderte quiero.
No vivimos nunca, sino que esperamos vivir; y disponiéndonos siempre a ser felices, es inevitable que no lo seamos nunca.
Manejar el silencio es más difícil que manejar la palabra.
¡ay los vicios humanos! son ellos los que contienen la prueba de nuestro amor por el infinito.
Casi todos los crímenes que castiga la ley se deben al hambre.
¿hasta cuándo vamos a seguir creyendo que la felicidad no es más que uno de los juegos de la ilusión?.
El que en un arte ha llegado a maestro puede prescindir de las reglas.
La derrota tiene algo positivo, nunca es definitiva. En cambio la victoria tiene algo negativo, jamás es definitiva.
El secreto de la genialidad es el de conservar el espíritu del niño hasta la vejez, lo cual quiere decir nunca perder el entusiasmo.
A las mujeres les gusta la moda porque toda novedad es siempre un reflejo de la juventud.
Toda la gama de la experiencia humana es tuya, y puedes disfrutarla, si decides aventurarte en territorios que no te ofrecen garantías.
La grandeza de un hombre está en relación directa a la evidencia de su fuerza moral.
Cada hombre lleva un fantasma de mujer, no en la imaginación que entonces sería fácil de expulsarle; sino circulando en su sangre, y cada mujer un fantasma más o menos concreto de hombre.
¿Qué perfección es ésta que complace y no subyuga, que admira y no arrastra?.
¿la cuestión de la fe? me la planteo todos los días, sin cesar. He dicho no. He dicho no a dios, si se me permite expresarme de esta manera brutal; pero la cuestión se replantea a cada instante. E...
Cuando odiamos a alguien, odiamos en su imagen algo que está dentro de nosotros.
Ten buena conciencia y tendrás siempre alegría. Si alguna alegría hay en el mundo la tiene seguramente el hombre de corazón puro.
La ambición de poder es una mala hierba que solo crece en el solar abandonado de una mente vacía.
Es propio de hombres de cabezas medianas embestir contra todo aquello que no les cabe en la cabeza.
La verdadera felicidad consiste en hacer el bien.
Los hombres que tienen los mismos vicios se sostienen mutuamente.
Un hombre es la suma de sus desdichas. Se podría creer que la desdicha terminará un día por cansarse, pero entonces es el tiempo el que se convierte en nuestra desdicha.
Es sin duda un mal, estar lleno de defectos; pero es todavía un mal mayor estar lleno de ellos y no quererlo reconocer, porque es añadir todavía el de una ilusión voluntaria.
La imaginación y la experiencia van de la mano. Solas no andan.
Si los celos son señales de amor, es como la calentura en el hombre enfermo, que el tenerla es señal de tener vida, pero vida enferma y mal dispuesta.
Aunque apenas pueda resistir mis males, prefiero padecerlos a merecerlos.
El mayor peligro de los gobiernos es gobernar demasiado.
El que tiene imaginación sin instrucción tiene alas sin pies.
A picasso, hasta los que le detestan, le soportan, porque nunca usa el talento. Solo usa el genio. Sus obras nunca son pensamientos. Son actos.
Todos los aduladores son mercenarios, y todos los hombres de bajo espíritu son aduladores.
Uno a uno, todos somos mortales. Juntos, somos eternos.
En el país de ciegos, el tuerto es rey.
Quien me insulta siempre, no me ofende jamás.
Recuerdo incluso lo que no quiero. Olvidar no puedo lo que quiero.
La oscuridad nos envuelve a todos, pero mientras el sabio tropieza en alguna pared, el ignorante permanece tranquilo en el centro de la estancia.
Vale más actuar exponiéndose a arrepentirse de ello, que arrepentirse de no haber hecho nada.
